Los alumnos de escuelas técnicas hacen un esfuerzo mayor que los demás debido a la obligatoriedad de la doble jornada: media en clases teóricas, media en las prácticas de talleres. Suelen quejarse y, como docente, trato de ponerles un objetivo que suene creíble para incentivarlos en continuar con dicho esfuerzo: un título profesional que les permita acceder a buenas oportunidades laborales o les brinde una base excelente para continuar una carrera terciaria o universitaria.
Pero en tiempos donde es usual escuchar que la educación es garantía de desarrollo personal y social, me siento en la obligación de hacerles la siguiente aclaración: el llegar a la meta del título no es seguridad de desarrollo. No basta el esfuerzo individual, es necesario un contexto social adecuado para ese desarrollo.
Tengo a mano el ejemplo de los inmigrantes que se lanzan al mar en embarcaciones precarias para llegar a la Europa rica e industrializada. En general, son personas de alta capacitación los que arriesgan de tal modo sus vidas en busca de una oportunidad. O lo que sucede en la misma Europa, pero del sur, donde los jóvenes universitarios españoles, griegos o portugueses se ven obligados a emigrar en busca de una oportunidad que sus sociedades con altísimas tasas de desocupación les niegan a pesar de que sí pusieron su esfuerzo individual para obtener un título.
Yo viví personalmente, trabajando en la industria, la destrucción que el neoliberalismo produjo en nuestras Pymes con su secuela de desocupación y personas en largas filas frente a las embajadas tramitando una ciudadanía para buscar una oportunidad lejos de su lugar y su gente. La destrucción de las escuelas técnicas no fue más que el resultado lógico de ese contexto político y económico.
El pasado martes 11 tuve la oportunidad de hablar a quienes estaban presentes escuchando a Estela de Carlotto (presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo) en la histórica visita que realizó a nuestra escuela (Técnica 466). Parafraseando a Albert Einstein, quien dijo que lo que consiguió en su tarea científica fue posible porque se subió a "hombros de gigantes" en referencia a quienes lo antecedieron y sentaron las bases para el enorme desarrollo de la física moderna a comienzos del siglo XX, la inédita ampliación de derechos a la que estamos asistiendo en esta época fue posible por gigantes como Estela. Su ejemplo de lucha democrática en la búsqueda de los nietos apropiados sentó las bases para que un gobierno sensible a los intereses de todos sus habitantes, subido a sus hombros generosos, generara una ampliación de derechos inédita en toda nuestra historia.
Recursos necesarios. En lo específico de lo educativo, se destinan los recursos económicos y humanos indispensables para garantizar los derechos que las leyes de educación nacional y la de escuelas técnicas en particular postulan. Para que estos derechos no sean letra muerta, se han reequipado los talleres y laboratorios de nuestras escuelas a lo que requiere en maquinarias y tecnología la producción industrial más avanzada. A los docentes se nos capacita en forma gratuita y durante la jornada laboral. Los alumnos tienen la obligatoriedad de prácticas profesionalizantes en la industria para terminar su carrera. Hoy la escuela técnica brinda a esa industria servicios que, en una situación de mutuo beneficio, permite el desarrollo empresarial y la capacitación de nuestros jóvenes.
Si todos los profesionales que egresan hoy tienen oportunidades laborales o de investigación científica concreta es gracias a un modelo de desarrollo nacional con inclusión social que incentiva la investigación en alta tecnología y asocia a la industria nacional y sus profesionales con capacitación, apoyo, créditos blandos, protección arancelaria y promoción para la exportación. El desarrollo científico se extiende a campos de la frontera tecnológica: satélites, comunicaciones, energía, industria nuclear, biotecnología, nanotecnología, farmacéuticos, aviación, agro y es posible seguir con una lista interminable.
Sin este contexto social, todo esfuerzo simplemente individual conduce a la frustración.