Charlas, visitas a las escuelas, folletos y hasta cartas de los directivos a los
padres son algunas de las estrategias que ya se dan las escuelas primarias para que sus alumnos de
7º grado sigan el secundario. Desde el Ministerio de Educación piden que "se intensifiquen estas
ideas para que los chicos puedan apropiarse del derecho a estudiar". Según datos oficiales, en
Santa Fe son 53.490 los chicos que cursan el 7º grado (18.660 son del departamento Rosario) y se
preparan para pasar de nivel.
Con la aprobación de la ley de educación nacional (2006), el secundario es una
obligación de estudio. Sin embargo, no todos los sectores sociales lo pueden vivir como tal. Las
razones son múltiples y van desde el origen selectivo del nivel hasta la falta de ofertas
educativas cercanas y atentas a las distintas necesidades de los chicos.
Para que todos gocen de este derecho, maestros y directivos de las primarias han
reforzado este año un trabajo que hacen desde siempre: ayudar a sus alumnos a que sí o sí tengan un
lugar en el secundario. Vale recordar que la inscripción para el primer año comenzará el lunes 2 de
noviembre próximo y se extenderá hasta el viernes 6 de esa semana.
Una buena idea es la que emprendió la Escuela Nº 61, de Juan Manuel de Rosas
4059, donde cada familia recibió una carta de la directora, donde les recuerda que "el secundario
es obligatorio" y la importancia de seguir estudiando "para tener nuevas oportunidades de vida".
"Las familias la leyeron y las devolvieron firmadas", precisó la directora de la 61, Liliana
Tornatti.
Junto a la carta les llegó un listado de las secundarias del barrio y otras con
terminalidades que podían interesar a los adolescentes. "Le sumamos la Técnica Nº 5, de Corrientes
al 600, que los prepara como maestros mayor de obra", citó como ejemplo. A esto se agregan las
charlas de las maestras con los alumnos.
También el diálogo abierto con los chicos de 7º grado es una de las actividades
que emprendió la Escuela Nº 560, de Oroño 5.635. La directora Mariela Ponce cuenta que se centran
"en hacerles ver que el secundario es obligatorio". Aquí los alumnos, por lo general, asisten a las
escuelas más cercanas: la Media 350 o a la Técnica 392. "Igual también se acercan otros
establecimientos a dar a conocer sus propuestas, como recientemente lo hizo la Comercial Belgrano
(Ente Ríos al 2300) que llegó con folletos", recordó Ponce.
Cerca del barrio
Dina Rovere es vicedirectora de la Escuela Nº 1.188 de Empalme Graneros (Perú
250 bis). Comenta que además de las charlas para los 7º grados sobre la "obligatoriedad y la
necesidad de seguir estudiando", también reciben a las secundarias. "Ahora organizamos un encuentro
con la Técnica Nº 10, para que conozcan qué les ofrece", cuenta.
Y agrega que muchos de los que terminan se inclinan más por seguir en los
secundarios habilitados en las primarias Nº 1.095 y 660, más cercanas al barrio.
"Para muchos chicos el mayor temor pasa por el cambio de escuela", confiesa
María Flaviana Ponce, la directora de la Primaria Nº 773, de Riobamba 5.125. En esos miedos se
mezclan las diferencias culturales, sociales y el desconocimiento de lo que significa el nivel.
Para hacerle frente a esas barreras, en la 773 trabajan residentes de una
cátedra de Psicología. "En talleres y en un buzón, los chicos escriben sus dudas y miedos, y luego
los conversan", dice Ponce.
También se visitan dos secundarias muy cercanas (la habilitada en la 1.358 y la
663) para "despejar esos miedos". "Nos interesa que sepan, por ejemplo, que las chicas embarazadas,
que son mamás y también aquellos que trabajan, bien pueden seguir estudiando", resalta.
Los principales obstáculos
De manera general, los directivos coinciden en que los límites para continuar en
carrera aparecen en las cuestiones económicas. Así por ejemplo, recuerdan que muchos chicos que
eligieron ir a escuelas que les demandan tomar colectivos, debieron regresar al barrio para seguir
estudiando. Otros límites pasan para las adolescentes que atienden y cuidan a los hermanos más
pequeños. El ingreso al mundo laboral, por supuesto muy precario, es otro impedimento para muchos
chicos, que hasta lo ven "como algo más seguro que al propio estudio".
No son menores las diferencias culturales que marcan vivir "en un Fonavi o en
una villa". "No siempre los chicos se sienten incluidos en todos los ámbitos", cuentan algunas de
las educadoras.
Según la directora provincial de Educación Secundaria, Letizia Mengarelli,
"estas problemáticas tienen distintos matices, pero en todos los casos lo que se busca es
garantizarles un derecho a los chicos, del que hay que enseñarles a apropiarse". Y agrega que el
pedido a las escuelas este año pasa para que las primarias intensifiquen el trabajo en los 7º
grados para que todos continúen estudiando.
Por otra parte afirma "que todos tienen un lugar asegurado en la secundaria" y
señala: "A veces las dificultades surgen porque todos eligen una misma escuela, donde se genera una
demanda excesiva y que es necesaria reorientar".