Después de dos días de mucho rock, terminó la segunda edición del Lollapalooza, uno de los festivales musicales más importantes de todo el mundo con bandas como The Smashing Pumpkins, Jack White, Pharrell Williams, Robert Plant, Skrillex, Foster The People, Alt-J y muchísimas otras, realizado en el Hipódromo de San Isidro.
Las puertas del festival abrieron el sábado 21 y el domingo 22, entre las 11 de la mañana y la 1 de madrugada. Durante más de 12 horas de música, solistas y agrupaciones que llegaron desde todos los rincones del planeta hicieron bailar, saltar y cantar a más de 140 mil personas.
La diversidad del Lollapalooza logró inéditamente cruzar el dubstep y la música electrónica de Skrillex con el rock de Smashing Pumpkins, y a Jack White y Robert Plant con el DJ Calvin Harris, lo que valió un cruce generacional pero también mostró una grilla programada para convocar a un público heterogéneo.
En el cierre del festival sonó el brit rock de Kasabian, los éxitos bailables de Pharrell Williams y la propuesta alternativa de Smashing Pumpkins Los ingleses de Kasabian hipnotizaron a propios y ajenos del gran público, hicieron bailar y generaron pogo como ninguno en la grilla.
Así como Kasabian obtuvo sus credenciales durante la década pasada y ahora sigue su plan de conquista con un rock ecléctico, psicodélico y asentado en la música electrónica, los Smashing Pumpkins alcanzaron éxito internacional durante los años 90 con una propuesta de rock alternativo, sensible y guitarrero. Billy Corgan y los suyos sonaron impecables y demoledores, con su magistral manejo de los climas.
"Cherub Rock", "Tonight Tonight" y "Ava Adore" sonaron en la primera seguidilla de una lista que tuvo muchos éxitos, una excéntrica versión del himno nacional de Estados Unidos y otras perlas sensibles como "Today", "Being Beige" y "1979".
Apenas unos pocos minutos más tarde del estruendoso final de Smashing Pumpkins, en el otro escenario principal aparecía el músico-productor Pharrel Williams, quien si bien justificó su intachable presente solista, apeló a su estelar curriculum con sus producciones y composiciones exitosas que hiciera para otros artistas ("Get Lucky" de Daft Punk y "Drop it Like It's Hot" de Snoop Dog).
El estadounidense puso todo su empeño para transformar por un rato el gran césped del Hipódromo en una enorme pista de baile. Hip-hop, pop, dance, funk y soul al estilo Motown, fueron las armas de un Pharrell que además de talentoso, vibra con su carisma. También sonaron "Marilyn Monroe", "Boys", "Beautiful" y dos éxitos de su ex grupo N.E.R.D como "She wants to move" y "Lapdance", aunque el gran momento -y también el final- llegó con "Happy", el éxito de 2014.
También estuvieron otros grandes artistas como Molotov, Cypress Hill, Damian Marley, Major Lazer, Poncho, Interpol, Nicky Romero, Maxi Trusso y más, dejando en claro por segundo año consecutivo que el Lollapalooza ofrece una grilla heterogénea y de excelente nivel artístico.