“Aprendí a dibujar, siguiendo el camino de los maestros que rompían el espejo para no engrupir a los otarios con elaboradas reconstrucciones de la «realidad»”, advierte Oscar Grillo (Lanús, 1943) en el texto que funciona como una autopresentación en el catálogo de la muestra que el dibujante presentará en Rosario, a partir del jueves próximo, a las 20, en la planta baja del Centro Cultural Roberto Fontanarrosa.
Invitado especialmente por el director del CCRF, Rafael Ielpi, Grillo estará una vez más en la ciudad para acompañar a sus dibujos, esos trazos donde la tinta se mezcla con la música junto a personajes tan reales como soñados. “No uso lápiz como base para construir las imágenes, lo hago directamente a tinta, que es una manera aventurada y peligrosa, pues si dibujo sale mal termina yendo a parar al cesto de los papeles sin vuelta de hoja”, dice Grillo aunque advierte: “eso no me pasa casi nunca porque hago trampa, por un error de la mano las líneas van para un lugar donde no quiero que vayan, cambio el rumbo, acepto el desafío y sigo el dibujo hacia donde este prefiere ir. Es un método saludable y divertido pues uno así se convierte en el hacedor y el primer espectador de la obra”.
Oscar Grillo dibuja desde niño. Sus primeros recuerdos se remontan al fondo de su casa, cuando sobre la tierra y con un palito hacía bailotear las primeras formas. Después, estudió dibujo en la Escuela Panamericana de Arte, en 1959 publicó en Tía Vicenta y al año siguiente empezó a trabajar como animador para un estudio de los Estados Unidos, colaborando en la animación de Popeye. En 1969 emigró y su primera posta europea fue Barcelona y luego Milán, ciudades en las que trabajó como ilustrador. En 1971 fue convocado desde Londres para realizar una producción de dos semanas. La ciudad lo cautivó y se quedó a trabajar en Inglaterra como ilustrador de ediciones de obras de Samuel Beckett, Robert Musil, Lautréamont, Giovanni Verga y Jonathan Swift, entre otros.
Trabajó en los 70 en una animación de “The Jackson Five”, el grupo de hermanos afronorteamericano que incluía al luego famosísimo Michael Jackson y en diseños para la película Great, ganadora de un Oscar de la Academia de Hollywood. En 1980, junto a Tony Rockley funda “Klactveesedstene Animations”, firma bajo la cual producen cortometrajes y comerciales, además de asesorar en animación a otras producciones. Dirigió, diseñó y animó la película Seaside Woman, por encargo de Paul McCartney, con música de Linda McCartney, ganando la Palma de Oro en Cannes en 1980; posteriormente realizó otros cortos con canciones de Linda. Por su reconocimiento en el campo de la animación, en 1996 fue llamado como colaborador para el exitoso filme Hombres de negro.
En más de una oportunidad, Grillo ha dado muestras de que para él es imposible no dibujar. Suele traer consigo un cuaderno a modo de bloc de dibujo además de llevar su propio blog (okgrillo.blogspot.com.ar), en el que carga dibujos y sugerencias musicales, dos universos inseparables para el notable dibujante, ilustrador y animador.
“Estos dibujos caprichosos que muestro aquí son fruto de «experimentos» de imaginería con los que estuve probándome en estos últimos años”, anuncia sobre su muestra Del fondo del barril que abrirá el jueves en el CCRF. “Creo ser un dibujante humorístico aunque no hago chistes; prefiero que la gente no se tome en serio mis trabajos. Me gusta que estas líneas entrecruzadas y temblequeantes creen algo sorpresivo por la contradicción de los elementos que se ponen en juego”, señala Grillo, al brindar pistas sobre su forma de trabajo.
Del fondo del barril. Dibujos impresentables se inaugura el jueves, a las 20, en la planta baja del CCRF, San Martín y San Juan. Luego, la exposición podrá visitarse, con entrada gratuita, de lunes a viernes de 9 a 21 y los fines de semana de 10 a 20, hasta el 6 de diciembre.