"Buscamos que los alumnos sean creadores de tecnología, no consumidores tecnológicos. Al enfrentarse a un problema de este campo se los debe movilizar para crear soluciones, no decirles qué deben hacer", dice Rodrigo Barceló, profesor de tecnología de 7º grado de la Escuela Nº 112 Luis Calderón. La opinión es para presentar los proyectos que logra concretar con los chicos.
Alrededor del joven docente, los alumnos lo escuchan y juegan en el patio de la escuela de Rioja al 5100. "Con caños de PVC hacemos objetos que sirvan a la escuela o a personas con problemas físico", se apuran a explicar los chicos. Y Rodrigo señala: "No es lo mismo construir tecnología a crearla. Con un plano podemos armar algo, es muy fácil, pero la cuestión pasa por apelar a la imaginación y la creatividad de los alumnos, además de producir de acuerdo a un proyecto y sus necesidades. Aquí elegimos qué podemos hacer y llevar adelante así un trabajo de extensión comunitaria, ya sean elementos para la comunidad o para la escuela".
Autogestión. "La tecnología parte de una necesidad, al ver que algo falta. Tras ver los problemas que pueden tener su fabricación y sondear conocimientos, armamos un marco teórico sobre el tema. Compartiendo la creatividad del grupo y la autogestión diseñamos un listado de materiales y herramientas necesarias, un plano o representación del producto o maquetas, para planificar el trabajo y organizarnos, según las herramientas y la cuestiones de seguridad e higiene. Se pueden construir productos nuevos o diferentes a los ya existentes, ya que le meten su impronta personal y grupal", precisa.
Caminadores, trípodes, bastones, porta sueros, un flotador para natación, arcos y otros productos son manipulados por los chicos en el patio. Bajo la sombra de un árbol y un toldo que refresca el lugar, una gran hamaca de blanco PVC, parece ser la mascota que aún están criando entre todos. Como prueba de calidad del producto, un alumno se cuelga de uno de los caños, pero recibe inmediatas y severas advertencia de un grupo que discute acaloradamente sobre cómo darle más estabilidad y resistencia al objeto. En tanto, lo reacomodan y tironean, entre risas, cargadas y los siempre presentes y cariñosos empujones que puebla todo patio escolar.
Sobre los materiales utilizados, indica que utilizan especialmente a los caños de PVC, ya sean con forma de codos, curvas y encastres, de distintas formas y diámetros. En lo referente a la obtención de esos elementos, el profesor cuenta que "la cooperadora invierte en esas compras, y que gracias a ese aporte y el apoyo de la directora María del Carmen Licausi, los buenos compañeros y de la supervisora Rosa Retana, se puede hacer esta experiencia, que no en todas las escuelas se alcanzan producir".
Nuevo proyecto. "También queremos avanzar más, producir talleres para chicos del barrio, ya que algunos y trabajan, al tiempo dejan de estudiar. La idea es trabajar en talleres donde construir productos que puedan ser de utilidad para el Pami y hospitales, y que como una contraprestación se otorguen becas para incentivar el estudio y el trabajo, sin regalar nada", remarca Rodrigo.
Finalmente, siempre rodeado por los inquietos alumnos y en medio de las construcciones del grupo, sostiene: "La educación no es un gasto, es una inversión a un muy largo plazo". Luego, mira a los chicos y sostiene: "Los productos creados por estos alumnos de 7º grado reflejan una expresión del célebre científico Einstein: «La creatividad es la inteligencia divirtiéndose»".