—El mundo ha conocido, en las últimas horas, miles de cables secretos, informes confidenciales, que las embajadas norteamericanas de decenas de países enviaron a la Secretaria de Estado del país del norte y que ha sacado a la luz Wikileaks. De hecho es una información formidable, pero nada que periodistas, políticos, líderes sociales y personas despiertas no imaginaran ¿O acaso no se sabe, por ejemplo, que “la embajada” ha tenido que ver, históricamente, con la vida social y política argentina? De todos modos, estos papeles secretos, ahora revelados, sirven para confirmar sospechas respecto del divorcio entre las palabras y las actitudes de ciertos gobernantes, entre ellos los nuestros. Hace algunos años, dijimos en esta columna que el kirchnerismo era tan buen gambeteador como el recordado futbolista Garrincha: “amaga por un lado y sale por el otro”. Quiero reproducir hoy, señoras y señores, parte de lo que dice el prestigioso y progresista diario español El País (uno de los pocos diarios del mundo que recibió los famosos papeles secretos). “Los telegramas intercambiados entre la Embajada en Buenos Aires y la Secretaría de Estado, muestran las buenas relaciones que llegaron a mantener el Gobierno argentino y la presidenta Cristina Fernández de Kirchner con la Administración de George Bush y su secretario de Estado adjunto para Asuntos de América, Thomas Shannon, y la difícil comunicación que existió, al menos hasta marzo-abril de este año, con la Administración Obama y, sobre todo, con Arturo Valenzuela. La confianza con Shannon llegó hasta el punto de que la presidenta aceptó “cooperar con el Gobierno de Estados Unidos en Bolivia” (documento de 2 de septiembre de 2008). “CFK afirma que Argentina cooperará con el USG [Gobierno estadounidense] en Bolivia, pero que tenemos que ser cuidadosos para que no parezca que existe una “operación política” contra el Gobierno, dadas las sospechas de Evo [Morales]”, asegura el telegrama estadounidense…”