Parece que el automovilismo argentino no potencia ni mucho menos apoya a pilotos argentinos en el exterior. Innumerables ejemplos hay de ello, y mucho tiene que ver la gran actividad que se desarrolla fronteras adentro. Pero tener un representante en la máxima categoría internacional empujaría más la pasión fierrera nacional. La selección cada vez que pisó fuerte potenció al fútbol local, Las Leonas ni hablar al hockey, la Generación Dorada al básquet, Maravilla Martínez o Chino Maidana al boxeo... ¿El tenis, es lo mismo con Del Potro que sin él para su desarrollo en casa? Deportes de conjunto e individuales precisan ese o esos referentes. Y a los tuercas les falta uno así en la Fórmula 1. Y si se va a hacer una inversión pública y privada, hay un candidato que vuelve a merecerlo. Facundo Regalia empujó hasta donde pudo en la GP2 y no hay que descartarlo, pero José María López volvió a demostrar su vigencia en el WTCC y con 31 años aún está pleno. Carlos Reutemann, el último gran referente, debutó en la F-1 próximo a cumplir los 30 años, en una época con autos más duros de manejar e igual de veloces. Fernando Alonso la rompe con 33. En 2010 los estadounidenses de USF1 estafaron a Pechito y a quienes lo apoyaron. Pero si hay intención, el sueño de poner a López en la F-1 aún es posible. Hay que volver a empujarlo. ¿Por qué no?