La agencia de calificación estadounidense Standard & Poor's retiró ayer la máxima calificación crediticia a Gran Bretaña, debido a la decisión de salir de la Unión Europea (UE). También advirtió sobre el peligro de una desintegración del Reino Unido.
La nota del país cayó dos categorías: de la más alta, "AAA", a "AA". La agencia también decidió que las perspectivas son negativas. Opinó que el voto por el Brexit debilitará "la previsibilidad, la estabilidad y la efectividad del proceso político en el Reino Unido", lo cual tendrá efecto en la economía y las finanzas estatales británicas.
La agencia advirtió sobre la posibilidad de una desintegración del Reino Unido, ya que el resultado del referéndum "puede desatar una crisis constitucional si lleva a un segundo referéndum en torno a la independencia escocesa del Reino Unido".
Las negociaciones que se avecinan ahora por la salida del Reino Unido de la UE, que podrían extenderse más allá de dos años, se vinculan a "un alto grado de inseguridad", añadió la agencia.
Una mala nota de S&P puede llevar a que un país deba pagar tasas más altas en el mercado de capitales.
El Reino Unido era de los pocos países con la categoría "AAA". Hasta ahora, S&P es la única de las agencias líderes que degradó al Reino Unido. Moody's, sin embargo, dijo ya el viernes que las perspectivas para su valoración bajaron de "estables" a "negativas", aunque por el momento mantuvo el rating "AA1", es decir, una escala antes de la nota máxima.
Por su parte, el Bank of America Merril Lynch advirtió que la voluntad de Reino Unido de abandonar la Unión Europea desencadenará una recesión en el país británico, así como una ralentización en Europa. "El shock para la zona euro y la economía global será significativo", apuntó la entidad.
El ministro británico de Economía George Osborne, aseguró ayer que el Reino Unido está preparado para afrontar el futuro "desde una posición de fuerza" e indicó que no habrá un presupuesto de emergencia en lo inmediato.