La industria automotriz sigue liderando las preferencias de los empleados a la hora de elegir un lugar donde trabajar. Su característica de un sector que desarrolla políticas de atracción y retención de talentos y "hace escuela", la posicionan en ese rango. Así quedó expresado en la última edición del Randstad Award, el estudio más importante del «employer branding» o marca empleadora, que organiza la consultora internacional de recursos humanos, que este año ubicó a Mercedes-Benz en el "hall of fame" porque ocupó durante los tres últimos años el primer lugar como empleador más atractivo. Pero además, de esta distinción especial, en el ranking de 2016, cuatro automotrices figuran en la grilla de las diez más elegidas.
El relevamiento —del que participan en forma independiente más de 200.000 personas de 25 países de todo el mundo— muestra además un nuevo concepto de trabajo, ligado a lo generacional y a las aspiraciones de los trabajadores en su vínculo entre los ingresos y la vida familiar. "Hay una clara tendencia a demandar una mayor flexibilidad en la jornada laboral", puntualizó Andrea Avila, CEO de Randstad Argentina. Aunque reiteró que en el mundo y en Argentina, el salario y la seguridad en el puesto siguen liderando las preferencias a la hora de elegir a una empresa como el mejor lugar para trabajar.
—¿Cómo fue este año la selección, lo más destacado?
—Este el cuarto año que llevamos adelante la investigación, por lo tanto los datos ya empiezan a mostrar tendencias y aspectos que continúan en el tiempo, entre ellos, cuáles son las industrias más destacadas al momento de elegir un empleo. En ese punto la industria automotriz sigue liderando, es una de las más atractivas para trabajar. En 2012 /2013 cuando fue el boom de la industria tenía que ver justamente con ese contexto, era uno de los sectores más atractivos para trabajar porque desarrolla políticas de atracción y retención de talentos. La industria automotriz en nuestro país tiene una historia fuerte de arraigo y desarrollo y son consideradas industrias escuelas, ya que pasar por este tipo de empresas genera valor agregado al desarrollo profesional.
—¿Otros sectores que se destacan?
—A nivel de sectores, tecnología, farmacéutica, consultoría y banca, esta última, con sostenido crecimiento.
—¿Cómo se posiciona el sector de consumo masivo, el retail?
—Es poco atractivo el sector de retail. Es el que tiene mucho por desarrollar como marca empleadora a futuro. El sector de consumo masivo tiene un atractivo intermedio. Tiene mucho reconocimiento de marca, pero el nivel de atracción es menor.
—¿Cuáles son los factores que lideran las preferencias a la hora de elegir una compañía para trabajar?
—Lo salarial para los argentinos se plantea como lo primero. El salario es súper importante a nivel mundial. Segundo, la seguridad laboral. Esto está vinculado con otros aspectos que están más abajo como es desarrollo personal, de la carrera. El salario no es suficiente, porque se quiere seguridad, buen salario pero también un ambiente de trabajo agradable. En realidad, se ve que uno puede quedarse en el lugar de trabajo por un tema salarial, pero también va a permanecer allí para desarrollarse. Si me siento bien en el lugar, me gusta lo que hago, me permite crecer y desarrollarme, pasar un buen momento —porque la mayor cantidad de horas las pasamos en el trabajo— mucho mejor. Quiero decir que el salario importa y mucho más en esta coyuntura, pero hay que hacer una mirada más integral para ver qué es lo que retiene a alguien en determinado lugar.
—¿Hay un nuevo concepto de trabajo? ¿Cómo influye el género?
—Hay una clara tendencia en la encuesta a querer una mayor flexibilidad en la jornada laboral, que tiene diferentes características. No para todos es lo mismo. Esto tiene que ver con un cambio en la forma de trabajar, también con la incorporación de la generación Y y Z. También, con decisiones de familia. Para algunos significa trabajar en diferentes tiempos con horarios más flexibles. Otros, prefieren menos días a la semana. Para otros, la misma cantidad de horas semanales pero menos días, más concentrado. Lo que sí claramente está es que hay una tendencia hacia el trabajo flexible. En Holanda, las personas eligen qué días a la semana quieren trabajar y cuántas horas y si lo hacen a la mañana o a la tarde. Estamos muy lejos de esa cultura aún, pero hay una clara tendencia a buscar una mayor libertad en el horario y la forma para trabajar. Lógicamente depende de qué trabajo. Pero volviendo al género, la mujer la demanda de la flexibilidad está más vinculada con el cuidado no sólo de los niños sino de los enfermos y ancianos. Esto influye mucho, pero también hay cada vez más padres que piden trabajo flexible. Especialmente jóvenes. Hay una mirada de vida diferente de la nueva generación. El trabajo ocupa otro lugar en la cosmovisión de la vida, eso hace que la flexibilidad se vea no sólo como una cuestión de género sino también en relación a cómo intentan desarrollar su vida.
—¿Cómo están viendo la situación del empleo en este contexto macroeconómico?
—En el primer trimestre del año hubo una pérdida de puestos por goteo, pero en mucho menor medida que en 2014 cuando se dio también una devaluación. Lo cierto es que no hay generación de empleo privado desde hace varios años y esa debe ser nuestra gran preocupación: cómo generar empleo privado, cómo sacamos de los cajones los proyectos de inversión que siguen vigentes. Algunos se ven pero son gotas de agua en el desierto. Entonces la coyuntura era "vamos a esperar elecciones", "vamos a esperar devaluación", "vamos a esperar los holdouts". Bueno, todo esto ya pasó ¿y ahora que esperamos? Esa sería la pregunta a responder.
—El gobierno plantea que el despegue viene en el segundo. ¿Prevén un poco más de iniciativa en cuanto a creación de empleo privado en los próximos meses?
—Sí. Si las expectativas y los planes de las empresas siguen en pie, sí prevemos con mirada optimista la realización de que se puede empezar a producir empleo privado. La pata que faltaba era el Consejo del Salario, para salir de esta parálisis en la negociación salarial, que es el factor que las empresas necesitan tener en claro para moverse.
—¿Cómo impacta la crisis de Brasil en la industria automotriz argentina?
—La situación ya estaba complicada, pero ahora se ve en una parte importante una reactivación. Se han refocalizado a otros mercados. A algunas les costó 2 o 3 años hacerlo, otras lo hicieron en forma inmediata, pero hay movimiento y esto en el mediano plazo va a derramar en las pymes autopartistas. Hay un movimiento positivo por proyectos específicos de exportación hacia otros mercados, por lanzamientos y por la posibilidad de algunos incentivos oficiales.
—En la región ¿cómo ven al sector de la metalmecánica? ¿Todos los rubros se comportan igual?
—La industria metalmecánica pura y dura, todavía sigue retraída. Se espera movimiento en lo que es agroindustria, y a pesar de que estamos afectados por la pérdida de la cosecha, esto no impactaría en porcentajes tan contundentes. Si eso es así, una buena situación para el campo drena automáticamente en la industria y en la ciudad.
—¿Hay en algún sector que muestre señales de alerta o ralentización?
— La industria metalmecánica. Está todavía muy aletargada y es fuerte en la región. Grandes empresas y siderúrgicas y las pymes vinculadas.
—¿En cuanto a servicios financieros y el resto, en la región?
—La banca está bien y el resto de los servicios, oscilante. La medicina prepaga, retraída, aunque no se esté destruyendo empleo). El comercio en un punto intermedio porque ha sostenido algunos ingresos en relación al mantenimiento de planes de pago como el Ahora 12.