La causa por la fuga de dólares en el "corralito" de 2001, en la que el banquero Carlos Alberto Rohm estaba procesado por "administración fraudulenta", fue declarada "prescripta" por el paso del tiempo.
La causa por la fuga de dólares en el "corralito" de 2001, en la que el banquero Carlos Alberto Rohm estaba procesado por "administración fraudulenta", fue declarada "prescripta" por el paso del tiempo.
El Banco Central apeló la decisión impulsada por la Cámara Federal de Casación Penal, que virtualmente cerró la posibilidad de llevar a juicio a Rohm por los episodios de aquellos agitados días de fines de 2001 y principios de 2002.
Rohm, quien estuvo preso hasta setiembre de 2004, estaba acusado por "defraudación por administración fraudulenta, en carácter de coautor".
Al frente del ex Banco General de Negocios, Rohm estaba acusado de haber incurrido en la "captación clandestina, desvío al exterior y apropiación de fondos; desvío de depósitos de ahorristas; asistencia irregular a empresas vinculadas; apropiación de títulos valores y acciones del ex Banco Comercial del Uruguay".
El Tribunal Oral Federal número tres había rechazado la prescripción, pero la Casación, con las firmas de los jueces Mariano Borinsky, Ana María Figueroa y Gustavo Hornos consideraron que esos hechos estaban prescriptos. Aún persiste en el marco de la investigación una acusación por "asociación ilícita" contra Rohm y otros imputados.