Al mal tiempo, buena actitud. Ese fue el clima que rodeó la inauguración de la décima edición de la Feria Internacional de la Alimentación (Fiar) en el centro de convenciones Metropolitano. Con 600 expositores los empresarios ligados a la cadena industrial de la alimentación apostaron a la innovación y a las rondas de negocios para atravesar la difícil coyuntura económica.
La muestra, que se extenderá hasta el sábado, es la más importante del país en su actividad, y se convirtió en un clásico de la ciudad. El secretario de Producción de la Municipalidad, Ignacio Del Vecchio, recordó que "en términos de facturación, la producción de alimentos y bebidas es la segunda industria en importancia", y subrayó que si se considera a los proveedores de equipamiento, la participación del sector en la facturación industrial llega al 25 por ciento.
"Estamos en tiempos difíciles pero con el apoyo del sector estatal es más fácil que salgamos adelante", dijo el funcionario, quien lanzó también la marca "Hecha en Rosario", un distintivo para certificar e identificar los productos de la industria alimentaria de la ciudad y la región.
El presidente de la Asociación Empresaria de Rosario y mentor de la feria, Ricardo Diab, reconoció que cuando se comenzó a armar la décima edición la situación económica no estaba para entusiasmarse. Sin embargo, "la exposición terminó siendo más grande de lo pensado". Explicó que, frente a la recesión, las empresas consideraron que participar en la muestra y en las rondas de negocios era una buena inversión.
Un dato subrayado por los organizadores es el festival de lanzamientos de innovaciones y adelantos tecnológicos en el que se convirtió la expo. Es que entienden que la llave para conseguir clientes es convencerlos de que pueden producir más y ahorrar costos.
Ayer comenzaron las rondas de negocios. Participaron 50 empresas argentinas vinculadas al sector de maquinaria y 80 al rubro alimentos. Ya hubo negocios y ventas cerradas, dijeron los coordinadores.
La panificadora La Cumbre cerró importantes negocios con Panamá, que había comenzado a atar durante la participación de una feria en aquel país.
Borsalino impresos también dijo presente. La firma está construyendo una nueva planta y encontró en la diversificación la llave para atravesar los tiempos difíciles. Así apostó a los envoltorios flexibles.
La fabricante de maquinarias para elaboración de pastas Rinaudo lanzó una versión de pequeña escala para hacer ñoquis, ravioles y fideos. El mercado: gente que se quedó sin trabajo y se pone pequeños emprendimientos.
Desde la fábrica de cocinas industriales Formax señalaron un buen nivel de ventas a las empresas y un repunte de las unidades tipo country para uso doméstico, luego de que se corrigió la medida que repuso la financiación tarjetas.
En la inauguración, la intendenta Mónica Fein recordó que la primera edición de la feria, hace 20 años, ocupó 3 mil metros cuadrados, contra los 24 mil de la actual.
El gobernador Miguel Lifschitz arengó: "No hay proyecto Nación sin industria".