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¿Cómo se puede plantear el conformismo en términos económicos? ¿Por qué hay quienes renuncian a sus proyectos personales? ¿Por qué cuando las condiciones no parecen ser las óptimas dejamos de ir por nuestros ideales?
Cada uno de nosotros tenemos un prototipo de cómo sería el mundo ideal. Ese mundo con el que soñamos y que está muy bien que así sea porque esas visiones nos empujan hacia adelante. La realidad es que el mundo ideal, el óptimo (como dice el manual de economía), en la práctica no existe.
La economía es una ciencia social que se nutre de hipótesis, teorías y escenarios ideales que se emplean para sus simplificaciones, para debatir ideas y evaluar así las soluciones emergentes de ellas.
Los análisis no siempre tienen rigor matemático por lo tanto surgen quienes están a favor de unos y en contra de otros. Lo que para mí es adecuado puede no serlo para otros y viceversa. Eso es justamente lo apasionante de esta ciencia que nadie tiene la verdad revelada.
La teoría del "second best" o segundo mejor, viene justamente a cubrir ese bache entre aquella situación ideal y la realidad. Entre lo que se quiere y lo que en verdad se puede, atendiendo a las restricciones de cada uno a la hora de tomar decisiones.
Este concepto se le atribuye a dos economistas del Siglo XX, Richard Lipsey (Canadá 1928) y Kelvin Lancaster (Australia 1924-1999). Los autores planteaban que la realidad económica es tan compleja y llena de imperfecciones que por lo general se impide literalmente que se encuentren soluciones ideales óptimas.
En la práctica estos resultados sólo se encuentran en el laboratorio y en el mundo de Heidi a donde todos son felices y logran su máximo bienestar.
El punto central es que la economía intervienen distintos factores como las personas, las instituciones y las regulaciones. Cada uno persigue sus propios intereses, sus escalas de valores y no siempre convergen al mismo objetivo final.
Este marco genera distorsiones que nos alejan de aquella solución ideal (first—best) e intentar corregirlas puede ser más caro que los defectos que le dieran origen.
Y lo pienso en términos familiares, cuando procurás que tus hijos tengan un rendimiento ideal en el colegio (el mejor dentro de sus posibilidades, como se dice en economía en su frontera de posibilidad de producción).
Escenarios. Los escenarios de correcciones posibles incluyen: a) restricciones para volver a encauzar ese objetivo no alcanzado, b) re-diseñar los objetivos propuestos.
Esto nos ubica en un nuevo escenario. Si conocemos con exactitud de antemano los efectos que tendrán las restricciones (costos) y los futuros resultados (beneficios) nos posicionaríamos en una situación que, aunque no sea óptimo, ideal u original, sí puede ser un sub-óptimo adaptado a nuevas expectativas y satisfaciendo otro tipo de condiciones.
Concretamente la teoría del segundo mejor dice que: si las condiciones necesarias para lograr ese óptimo de Pareto no se pueden conseguir, el resto de las condiciones dejan de ser deseables (situación extrema). Como en la vida real es poco probable que todo sea tal cual lo deseamos, es preferible relajar un poco las condiciones de máxima para alcanzar un segundo mejor, que aunque no sea la óptimo ideal, sí sea el viable y adecuado a mis posibilidades.
Pensemos que siempre es posible diseñar algún tipo de política o regulaciones que si bien no puedan resolver finalmente las distorsiones (que nos alejan del ideal), sí pueden ayudarnos a encontrar una situación intermedia que nos acerque a la resolución del problema y al mejor resultado.
Quiero decir con esto que intentar eliminar las imperfecciones que nos alejan de que esa situaciones óptimas puede ser más costoso para todos (pienso en casos como los monopolios y sus externalidades, los matrimonios y sus rutinas o el trabajo vs. las expectativas).
buscando la felicidad. La felicidad es parte de nuestra génesis. Todos queremos ser tan felices como sea posible. Distintas circunstancias de la vida pueden alejarnos de esa situación soñada.
Si bien la felicidad debemos encontrarla a cada instante de nuestra vida, debemos replantearnos ante la no consecución de un objetivo máximo, nuestra escala de valores y las restricciones reales para que el "second best" se asemeje a nuestro deseo alcanzable y a no una frustración.
La exitosa obra teatral de Viviana Gómez Thorpe lo resumió en una frase: "No seré feliz pero tengo marido". De esto también se trata la econo-mía.