Más allá de legalidad de los actos, el debate sobre los Panamá Papers y las sociedades off shore debería enfocarse en la inmoralidad y el perjuicio al interés nacional. Así lo plantearon los principales referentes de la Fundación Pueblos del Sur, los economistas Daniel y Esteban Guida, quienes advirtieron que la desregulación del mercado cambiario y el nuevo ciclo de endeudamiento facilitarán la fuga de divisas y la evasión.
En el marco del ciclo "Diálogo entre argentinos", la fundación realizó una charla sobre delitos económicos complejos y el impacto sobre la ciudadanía. Luego de la actividad, La Capital mantuvo una entrevista con Daniel y Esteban Guida, en la que plantearon que "las reglas de juego actuales del capitalismo generan enormes cantidades de dinero oscuro" provenientes del narcotráfico, actividades delictivas y otras "actividades grises", estimaron que existen entre 300 mil y 400 mil millones de dólares de argentinos en el exterior y señalaron que la mejor estrategia para repatriar esos fondos debería combinar un mercado interno dinámico, estabilidad económica y controles para desincentivar la especulación financiera.
—A principios de abril estalló en el mundo el escándalo de los Panamá Papers, ¿la utilización de estos mecanismos financieros es una excepción o un aspecto estructural del funcionamiento del capitalismo actual?
—Esteban Guida: La existencia de paraísos fiscales es un hecho muy conocido. Lo novedoso de los Panamá Papers es leer en esos reportes con tanto detalle, nombre y apellido de personalidades de la vida política y empresaria. Lo que queremos resaltar es que independientemente de si estas operaciones son lícitas o no, estamos hablando de actos que perjudican el interés nacional y que tienen que ver con una conducta inmoral de los agentes económicos y de los funcionarios que participan. Por otro lado, es deliberada la comunicación de estos reportes por parte de personas que tienen acceso a esta información. Eso también es sospechoso, porque podría estar manifestando una disputa por estos fondos de los distintos paraísos fiscales en el mundo para ver quien se apropia del manejo de estos recursos mal habidos o negros. Como pasó en otra época de la historia, cuando el secreto bancario se develó en esos paraísos fiscales, no es que dejaron de existir, sino que fueron a otros paraísos fiscales.
—Pasando al caso argentino, ¿cómo evalúan la respuesta del gobierno argentino y los empresarios mencionados?
—EG: Acerca de la licitidud de los actos, Argentina tiene instituciones y organismos de vanguardia y participa de convenciones internacionales que se encargan de llevar adelante investigaciones, que determinarán acerca de la legalidad de esas cuestiones. El énfasis que tenemos que poner no está tanto en la licitud sino en la moralidad de este tipo de acciones. Hay un reconocimiento total sobre que nadie va a abrir una cuenta en un paraíso fiscal sino por motivo de ocultamiento o evasión impositiva. Y además, los que hacen este tipo de operaciones son grandes capitales concentrados: el almacenero de la esquina o la pyme no tiene la posibilidad de destinar esfuerzos en abrir una cuenta off shore.
—¿Cuáles son los efectos concretos sobre la economía?
—Daniel Guida: Toda situación que haga que los recursos de un país salgan de él, en cualquiera de sus formas, se traduce en un perjuicio para el conjunto de la comunidad. ¿Cómo se puede evaluar? Se habla de que hay 300 mil, 400 mil millones de dólares en el exterior. Ahí se dimensiona lo que significaría para el país que esas divisas estuvieran en el giro industrial, comercial y económico de una comunidad. No sólo por los impuestos que eso generaría, sino que serian fondos que podrían ser dirigidos por mecanismos legales generando inversiones productivas.
—EG: A esto se suma una cuestión muy importante. Junto con la desregulación del mercado cambiario y el proceso de endeudamiento externo con esta emisión de 16.500 millones y todas las que vendrán, se facilita el proceso de fuga de capitales, ahora ya con un marco legal propicio. Con un banco central que va a tener más dólares por el endeudamiento externo, cualquiera que tenga capacidad de acumular recursos puede ir al banco, comprar dólares y remitirlos al exterior. El perjuicio no es solamente por la unidad económica que evade recursos sino por un sistema monetario y cambiario que le asiste de divisas.
—¿Cuál es el impacto fiscal de esta fuga de capitales?
—EG: Una buena medida es ver el sacrificio en términos de presupuesto y flujo de fondos que tiene una emisión de deuda de 16 mil millones. Con mucho menos del 10 por ciento de esos fondos que están el exterior se hubiera podido resolver totalmente el problema. La escasez de ahorro interno hace que el plan de infraestructura que quiere llevar adelante el gobierno necesite un nuevo endeudamiento. Si estos 5 mil millones de dólares para obras fueran de ahorro interno no haría falta generar semejante interés.
—DG: En relación al producto, es casi un PBI. Esto se ha producido a lo largo de los años, no es consuelo que lo hayan hecho otros gobiernos.
—Teniendo en cuenta la magnitud de esos recursos, ¿cuáles serían los mecanismos para repatriar esos fondos y sumarlos genuinamente a la actividad económica?
—EG: Una economía dinámica, con crecimiento y mercado interno dinámico es el factor más genuino para repatriar esos fondos. Las leyes de blanqueo que también se han probado tienen sus limitaciones y nunca han cumplido su objetivo inicial. La manera más sostenible es una economía pujante.
—DG: Habría que agregar dos elementos: la mayor estabilidad posible desde el punto de vista del crecimiento y el marco jurídico que respalde ese crecimiento. No es la "seguridad jurídica" de la que se habla: que no haya controles no es seguridad jurídica, es festival jurídico. Los países más serios del mundo tienen controles. Eso no quiere decir que el mercado no sea libre. Puede ser libre con las medidas de restricción que controlen uno de los bienes más escasos que tiene una economía emergente. Tenemos que tener cuidado. Cuando se habla de "los inversores" en Argentina, lo único que escucho son especuladores internacionales. En el mundo académico de la economía inversión es solo inversión productiva en bienes e infraestructura. Es fantasioso pensar que la inversión financiera va a traducirse en puestos de trabajo. Eso ya le pasó a Argentina.