Lo antiguo está probado, y es seguro, dicen desde el FpV; la innovación tecnológica es imparable, necesaria, y tanto o más segura que el método de colocar un papel en la urna, retrucan desde el bloque oficialista Cambiemos. La tradicional boleta electoral de papel quedó anoche trastabillando con la media sanción que la Cámara de Diputados se aprestaba a votar (al cierre de esta edición) a favor de un nuevo Sistema de Boleta Unica Electrónica. Un sistema que prevé la implementación —en todo el país, de modo simultáneo y para las elecciones de 2017— de una computadora con pantalla táctil por mesa electoral que registre cada voto, que luego, a su vez, sea impreso en soporte papel por el elector, para finalmente terminar en la urna tradicional.
"Escucho a diputados opositores que parece salen de acá, se toman un copetín en la confitería El Molino, luego caminan dos cuadras y se toman el tranvía en Cangallo", dice, entre el humor y la chicana, el diputado rosarino Lucas Incicco (PRO) en relación al planteo conservacionista del bloque opositor FpV-PJ. Incicco agregó a La Capital que "el sistema no es la panacea, pero es un avance: agiliza el escrutinio, le da precisión y, sobre todo, velocidad al escrutinio".
Fraude y chip. En las antípodas, Marcos Cleri (FpV de Rosario), disparó: "El PRO tiene una política económica de endeudamiento, quita derechos laborales y económicos de los trabajadores, y todo eso se complementa con un sistema electoral que abre las puertas al fraude: el chip de las computadoras se puede manejar de modo remoto. Estamos en la nueva década infame".
El conteo real de los votos lo hará el sistema electrónico de cada computadora. Sólo en el caso de conflicto, y que la Justicia así lo habilite, se podrían abrir las urnas para contar los votos de papel que fueron colocados allí a modo de reaseguro.
Ayer, el miembro informante del oficialismo, Pablo Tonelli, se refirió a las "picardías y al robo de boletas" y a que el antiguo sistema "durante 104 años dio todo lo que tenía para dar", como las motivaciones principales para promover el cambio. Con todo, durante los 104 años transcurridos desde la ley Saenz Peña de 1912, hubo cambios clave en el sistema, como la incorporación del voto femenino con la Constitución de 1949.
50 y 50. Otra novedad de la ley será que equipara la cantidad de hombres y mujeres en las boletas electorales (la relación de hoy es de 70 a 30). Ese aspecto sí contó con el apoyo amplio de casi todos los bloques políticos. Por lo demás, Cambiemos conseguía la mayoría absoluta requerida con el apoyo de sus ya tradicionales aliados: el partido de Sergio Massa y el Bloque Justicialista (Diego Bossio). El socialismo, al cierre de esta edición, no avalaba la iniciativa macrista.
La media sanción de la reforma electoral ahora se juega una parada incierta en el Senado. Allí la mayoría peronista —aun el sector amigable con la Casa Rosada— ya hizo saber que el conteo electrónico del voto no le cae nada bien.