Discusiones, empujones y demoras en el tránsito fue el saldo que provocó una masiva concurrencia convocada en Plaza de Mayo por fruticultores, quienes regalaron hoy 10 mil kilos de manzanas y peras en señal de protesta por la crisis que atraviesa el sector en Río Negro.
La idea inicial de los productores del Alto Valle de Río Negro era entregar un kilo de manzanas o peras por persona, pero la gran afluencia de público superó las expectativas y se fraccionó de a dos o tres frutas por asistente, lo cual generó roces en algunos concurrentes.
Si bien hubo curiosos que se acercaron a ver qué pasaba, la mayoría llegó al lugar con bolsas y changuitos porque se había enterado de la movida. Sin embargo, la desilusión se dio cuando la demanda superó ampliamente la oferta y muchos se quedaron con las manos vacías.
Con una colorida bolsa de plástico en mano, Juan (64 años) contó que salió a las 4:00 de la mañana de su casa en la localidad de Navarro para recibir manzanas gratis porque cobra una pensión de 3.100 pesos mensuales y vende buñuelos en su pueblo para subsistir, pero sólo pudo acceder a tres frutas.
"Los galpones grandes de empaque nos pagan por debajo del costo de producción. El costo de producción está entre 4 y 4,50 pesos para el kilo de fruta fresca, y nos dan por el kilo de peras entre 1,80 y 2,10 pesos, y por el kilo de manzanas recibimos entre 3 y 3,50 pesos", protestó en la plaza Daniel Fontova, productor de Allen, Río Negro.
Fontova demandó a la administración central que aplique "medidas coyunturales y de fondo", para que las compañías que compran la fruta a los productores "paguen el costo de producción más la ganancia".
"Que el Gobierno fuerce a las empresas a que paguen más; que exija un precio garantizado", pidió, para manifestar luego que, "puesta en góndola, la fruta está entre 30 y 59 pesos" porque "los intermediarios, mayoristas y supermercados, se quedan con una gran diferencia (monetaria)".
Carmen, una ama de casa de 64 años, asentía con un movimiento de cabeza mientras escuchaba las palabras del productor.
La mujer, a las 10.30, formaba una de las dos filas que se extendían desde el extremo de la plaza enfrentado a la ex Jefatura de Gobierno porteño hasta la Pirámide de Mayo y que comenzaron a desarrollarse a las 7.30.
"Yo vengo desde Wilde (partido bonaerense de Avellaneda) porque necesito fruta y, en mi barrio, venden el kilo de manzana verde a 50 pesos", se quejó Carmen y, en alusión a la entrega de fruta, exclamó: "íEsto es un regalo del cielo!".