Brasil quiere trabar el ingreso de lácteos
El gobierno de Brasil busca excluir del libre comercio del Mercosur a las importaciones de leche en polvo desde Argentina y Uruguay debido a un reclamo de los productores de su país, reveló el ministro de Agricultura, Ganadería y Abastecimiento, Blairo Maggi.
31 de agosto 2017 · 00:00hs
El gobierno de Brasil busca excluir del libre comercio del Mercosur a las importaciones de leche en polvo desde Argentina y Uruguay debido a un reclamo de los productores de su país, reveló el ministro de Agricultura, Ganadería y Abastecimiento, Blairo Maggi.
La noticia se conoce en un contexto preocupante. No sólo porque la producción agroindustrial argentina enfrenta trabas en distintos mercados del mundo sino porque, en el caso específico del comercio con el país vecino, el déficit comercial creció 74 por ciento en siete meses del 2017 y registró un déficit de u$s 4.741 millones.
Las exportaciones en el mismo período llegaron a u$s 5.201 millones y aumentaron 4,2 por ciento interanual y las importaciones llegaron a 9.942 con un crecimiento del 28,8 por ciento en la misma comparación. El déficit comercial es el más alto desde el resultado negativo de 1994.
Como si esto fuera poco, el gobierno de Michel Temer evalúa restringir más importaciones desde Argentina.
Maggi procura darle una respuesta a las industrias lácteas brasileñas, que pretenden impedir el ingreso del producto desde Argentina y Uruguay.
En rigor, el mayor problema es con Uruguay, que tiene un ingreso libre, mientras que la Argentina tiene cupos anuales, lo cual hizo que las industrias lácteas orientales ganaran terreno en mercado brasileño a expensas de las argentinas.
El pasado 14 de agosto representantes del Centro de la Industria Lechera (CIL) de la Argentina renegociaron una extensión de 5.000 toneladas mensuales al vencerse el cupo de este año de 51.600 toneladas.
Del total de las importaciones provenientes de Brasil durante los primeros siete meses del año la participación de los vehículos automotores fue del 27 por ciento. Le siguieron, con un 27 por ciento, los bienes intermedios, seguidas con un 9 por ciento por papeles, y la de chapas y planchas de fundición alcanzaron al 6 por ciento.