Dos sobrinos de la primera dama de Venezuela, Cilia Flores, confesaron que trataron de contrabandear 800 kilos de cocaína a Estados Unidos el año pasado. La confesión es parte de una serie de documentos presentados por los fiscales ante el tribunal de Nueva York que lleva adelante el caso. El escándalo golpea de lleno a Flores, esposa del presidente venezolano Nicolás Maduro.
Los documentos, presentados ante el tribunal el viernes por los fiscales, aportan nuevos datos al caso. Efraín Campo y Francisco Flores fueron arrestados en noviembre en Haití, en una operación de la agencia antidrogas estadounidense DEA. Fueron trasladados a Nueva York, donde están encarcelados desde entonces bajo cargos de "conspiración para contrabandear cocaína".
Charla en el aire. Los documentos incluyen sumarios de los interrogatorios de la DEA realizados durante el vuelo del 10 de noviembre desde Haití a Nueva York. Los documentos fueron presentados como prueba contra un intento de los acusados de que se mantengan en reserva las declaraciones que formularon tras su arresto, bajo el argumento de que se violó su derecho a no declarar.
Según la DEA, Campo Flores dijo que planeaban obtener la cocaína de un individuo que a su vez la recibía de la guerrilla colombiana Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc), histórica aliada del gobierno venezolano desde los tiempos de Hugo Chávez. Al ser consultado por qué se involucró en el plan, Flores respondió: "para ganar dinero". Esperaba que la primera carga recaudara 5 millones de dólares, con una ganancia de 560.000 dólares. Los fiscales revelan que ambos esperaban que una serie de cargamentos generara 20 millones de dólares.
"El Sentado" habla. Los fiscales alegan que Campo y Flores realizaron el acuerdo para trasladar las drogas. La DEA fue informada por un testigo en silla de ruedas EM_DASHapodado "El Sentado''EM_DASH, quien se reunió en Honduras con Campo y Flores. Tres semanas después del arresto de ambos venezolanos, "El Sentado" fue asesinado a tiros.
Como parte de la investigación de la DEA se enviaron "fuentes confidenciales" a Caracas para reunirse con los dos jóvenes. En un video de esas reuniones se ve a Campo examinar un paquete de cocaína mientras usa guantes de plástico. Flores lo observa. Campo señala que los estupefacientes provenían de las Farc. "La relación de fraternidad y los «negocios» entre el grupo guerrillero y el chavismo existe desde que Hugo Chávez puso pie en el palacio presidencial", asegura el diario opositor venezolano Tal Cual.
Ferraris. Durante esas reuniones grabadas, Campos se jacta de poseer varias Ferrari y de estar en "guerra'' con Estados Unidos y la oposición de Venezuela. También describe conexiones de alto nivel con el gobierno de su tía, las que facilitarían el paso de las drogas a través del aeropuerto internacional de Caracas y evitar que el avión sea inspeccionado. Señalan: "(el avión) sale como si alguien de nuestra familia estuviera a bordo''. Campos insinúa a los agentes que el traslado de cocaína era para financiar la campaña de Cilia Flores a diputada. "Sé que dije eso, pero en realidad era para mí'', dijo luego a la DEA.
Taxis panameños. Campo dice que tenía problemas financieros y ganaba apenas 800 dólares a la semana con una flota de taxis en Panamá. Agrega que fue desairado por otro primo, Erick Malpica Flores, entonces director de finanzas de la gigante estatal petrolera PDVSA, en un plan para cobrar comisiones a los comercios que intentan cobrar deudas a la compañía. Campo dice que quería ganar 20 millones de dólares con los cargamentos de droga, suficientes para irse a vivir a Estados Unidos con su esposa y su hijo. Afirma que su familia "lo mataría'' si supiera lo que hace.
El abogado de Campo no respondió de inmediato a una solicitud de comentario vía correo electrónico. Estados Unidos ha incrementado constantemente la vigilancia sobre miembros de alto rango del ejército, la policía y el régimen de Venezuela, por su papel en convertir al país en una importante zona del tránsito de drogas. Varios funcionarios venezolanos, incluyendo un ex ministro de Defensa y un jefe de inteligencia militar, han sido procesados o sancionados en Estados Unidos, y varios más están bajo investigación.