Angel Di María inició la corrida alocada hacia el banco de suplentes como un acto reflejo. Fue en lo único que pensó cuando metió la pelota por debajo del cuerpo de Claudio Bravo para anotar el primer gol de Argentina en la victoria contra Chile. En ese momento no quería abrazarse con nadie. Tampoco buscaba la complicidad de algún compañero. Sólo quería que el consuelo le erizara la piel para estar más cerca de ella. De la nona que acababa de irse de este mundo a los 87 años. Para Angelito era más que una abuela, era como otra madre. Porque lo había cuidado y criado en aquellos tiempos en los que el pibe falto de olla, como gustaba decirle Angel Tulio Zof, garabateaba con la pelota en la ciudad deportiva de Granadero Baigorria. Por eso lo menos que podía hacer por ella era tener bien ensayada esa ceremonia de agradecimiento que pensó segundo a segundo en la concentración en San José, mientras el partido contra Chile le daba vueltas por la cabeza como un duende maldito. Entonces recibió de manos del médico Daniel Martínez la remera que él mismo preparó con esa inscripción que tenía la fuerza de una letanía: "Abuela, te voy a extrañar muchísimo". Recién ahí miró el cielo, el dolor no tuvo dique de contención y aparecieron las lágrimas. Al final, todo confluyó en lo que les mostró la pantalla de televisión a millones y millones de personas que seguían atentamente el partido en el Levi's Stadium de Santa Clara. La gran figura de la noche atravesada por la pérdida de un ser querido.
"Para mí fue muy difícil jugar este partido. La verdad es que no tenía la cabeza sólo en el fútbol. Me golpeó muy fuerte lo de la muerte de mi abuela y si jugué lo hice realmente por mi papá, mis tíos, mis compañeros y todos. A veces a uno lo critican cuando está en la selección porque no le salen las cosas o se pierde un torneo. Pero cuando pasan este tipo de situaciones en la vida se hace más difícil estar lejos de la familia. Interiormente no podía fallarles a mis compañeros si no jugaba contra Chile. Me sentía con fuerzas para estar. Tampoco jugó Leo y yo no podía no estar. Me enteré a la mañana que había fallecido y estuve todo el día con la cabeza en eso", explicó lo que pudo y cómo pudo durante el ametrallamiento de preguntas de periodistas de todo el mundo, que querían que profundizara sobre el drama familiar.
El propio Angelito contó cómo se enteró por la mañana del fallecimiento de su abuela, buscó traducir ese cosquilleo extraño en el estómago subiendo un mensaje en su cuenta de Facebook: "Viejita linda, descansa en paz junto a tu viejito. Gracias por dejarme de herencia estos valores que hoy llevo con la frente en alto. "¡Te quiero con el corazón!", decía el posteo.
Ya algo más enfocado en lo que acababa de lograr el equipo, el volante argentino desmenuzó en detalle el buen paso inicial de la selección en la Copa América Centenario.
—¿Se te cruzó por la cabeza no jugar el partido?
—Y... no tenía la cabeza sólo en el partido, pero quería jugar. Para mí es un orgullo venir y estar en la selección. Mi mamá me pidió que me quedara. Intuía que podía tocarme la posibilidad de hacer un gol. Una vez me pasó lo mismo con mi suegro y ahora me toca con mi abuela. Fue difícil jugar el partido. Al final, salió bien porque terminamos ganando.
—¿Qué pensaste en el momento de convertir el gol?
—Sólo en mi abuela. Estuve todo el día pensando en cómo festejar o qué hacer si me tocaba la posibilidad de convertir un gol. Por eso enseguida salí corriendo hacia el banco y me alcanzaron la camiseta que había escrito para recordarla.
—¿Fue el mejor regalo que pudiste haberle hecho?
—Sí, desgraciadamente ya no está más conmigo, pero la llevaré siempre en el corazón.
—¿Por qué ganó Argentina?
—Creo que fuimos superiores en el desarrollo del partido y creamos las mejores situaciones. En el primer tiempo el equipo estuvo bien en controlar a Chile y por suerte en el segundo llegaron los goles. La idea que nos dijo Martino era buscar presionar arriba para tratar de que ellos se equivocaran en algún momento y así vinieran los goles. Fue entonces por mérito nuestro que empujamos a Chile a cometer errores.
—¿Creés que el gol tuyo al inicio del segundo tiempo fue lo que terminó de inclinar el partido a favor de Argentina?
—Puede ser. Chile también tuvo sus posibilidades, pero Chiquito (por Romero) estuvo muy bien. En este tipo de competencias siempre hay que arrancar ganando porque eso te da ánimo para encarar lo que viene de otra manera.
—¿Este triunfo fue como una especie de revancha por la final perdida en la Copa América del año pasado?
—No, eso ya pasó y no lo podemos recuperar. Todavía nos duele aquella final que perdimos. Pero también a Chile le ganamos por las eliminatorias en marzo y hoy de nuevo. Esta victoria no significa más que empezar con tres puntos para buscar ganar el grupo.
—¿Extrañaron a Messi?
—A Leo siempre se lo extraña. Siempre es necesario tenerlo. Es difícil jugar sin él. Es más, creo que si hubiera estado en la cancha el partido se hubiera dado de otra manera. Pero el equipo también tenía el desafío de hacerse fuerte y demostrar que puede jugar sin Leo. Lo escuché a Vidal (Arturo) decir que si Chile nos ganaba, había que prepararse. Por suerte salió al revés de lo que pensaba y ganamos nosotros.
—Al no jugar Messi, ¿creés que Chile subestimó en algún punto a Argentina?
—No sé qué habrán pensado ellos. Nosotros también somos un equipo fuerte y todos los rivales nos respetan.
—¿Con esta victoria, ahora la selección argentina es más candidato a ganar la Copa América que antes?
—No, porque nosotros desde que llegamos a Estados Unidos tenemos la idea fija de que esta copa tiene que ser nuestra. Vinimos a ganarla. El plantel está comprometido al máximo con ese objetivo.