Cuando el crimen a balazos de Jonatan Herrera se encamina a un juicio oral con tres efectivos de la Policía de Acción Táctica (PAT) como autores de los disparos, y con un cuarto uniformado ya sentenciado en un proceso abreviado, una empleada del Comando Radioeléctrico fue detenida ayer por su vinculación con el hecho. La medida se concretó a un año y cinco meses de la balacera que mató al joven de 22 años. Fue ordenada por el fiscal del caso, Adrián Spelta, a raíz de pericias técnicas sobre un proyectil secuestrado en la escena y una nueva reconstrucción integral que determinó las trayectorias de los disparos.
Gladys G., de 35 años, fue detenida ayer por efectivos de Asuntos Internos y será sometida hoy a una audiencia imputativa en la que Spelta definirá qué rol le atribuye en la balacera del 4 de enero de 2015. Herrera murió alcanzado por balas policiales mientras lavaba el auto frente a su casa de Ayacucho y Seguí. Hasta allí llegaron policías del Comando que perseguían a un ladrón tras el robo de una juguetería y se tirotearon con el sospechoso, que resultó herido en un tobillo.
Novedad. Según el relato que hasta ahora circuló sobre el caso, efectivos de la PAT que iban en un colectivo de la línea 133 negra advirtieron el tiroteo, bajaron y al plegarse a la acción de sus colegas del Comando le dispararon a Herrera, que intentó en vano refugiarse detrás de un árbol. Lo novedoso es que la nueva detención orienta uno de los disparos que recibió el joven hacia la línea de tiro de los miembros del Comando, en una misma secuencia temporal.
Herrera recibió tres disparos. Se determinó que uno letal, que ingresó por el muslo izquierdo y afectó una arteria, provino del arma del policía de la PAT Ramiro Rosales. Otro, también mortal, lo hirió en la cabeza y hasta ahora no había podido determinarse de qué arma provino. Un tercer impacto sin capacidad de matar lo alcanzó en el pie izquierdo.
En un marco de hermetismo, ayer los investigadores sólo dejaron trascender que "hay nuevas evidencias que señalan a nuevas personas" y que pese a la cercanía del juicio "el caso se siguió investigando para determinar quién fue el autor".
La nueva evidencia es un análisis de laboratorio de un proyectil que ahora pudo examinarse con un microscopio electrónico. A esto se suman "medidas en reserva y datos aportados por una reconstrucción integral virtual de la escena del hecho", según planteó Fiscalía en un comunicado. Esa reconstrucción de laboratorio incluyó la "posición de personas que intervinieron, trayectorias balísticas, vainas, etcétera".
Preliminar. La semana pasada culminó la audiencia preliminar al juicio, tan extensa que demandó dos días de desarrollo. En esa instancia se discute con qué acusación llegarán los acusados al debate oral, la pretensión de pena y las pruebas con que cada parte defenderá su teoría. Spelta pidió entonces prisión perpetua para Rosales como autor de homicidio calificado y 12 años de cárcel para los agentes Francisco Rodríguez y Luis Alberto Sosa por el mismo delito en grado de tentativa. Se determinó que dispararon aunque sin precisarse que llegaran a herir a la víctima. Se desconoce aún si su situación puede variar a partir de lo que ocurra en la audiencia hoy con la nueva acusada.
El cuarto imputado, Alejandro Jonathan Gálvez, ya había aceptado una pena de 3 años de prisión efectiva por el delito de abuso de armas en un acuerdo abreviado. Los querellantes Gustavo Feldman y José Nanni, por la viuda de Herrera, adhirieron al pedido fiscal, mientras que Analía Abreu y Cintia Garcilazo, por la madre, pidieron 14 años para Sosa y Rodríguez.
Durante el debate, la nueva pericia que condujo al arresto de G. fue motivo de controversia. El defensor Rosales, Guillermo Alexander, cuestionó que el fiscal autorizara el retiro de evidencia del depósito judicial, de donde un perito extrajo una bala secuestrada en la escena. Spelta contestó: "Es cierto que hubo un movimiento. La Fiscalía no está privada de seguir investigando". Y aclaró que "al momento del primer informe no se contaba con un microscopio para determinar el origen de algunas balas que no pertenecen a los imputados". Ante dudas sobre uno de esos proyectiles, dijo, se requirió precisar su origen con nueva tecnología al alcance de los peritos.
También entonces surgieron diferencias sobre la secuencia temporal de los tiros. Una de las querellas diferenció dos momentos: señaló que primero los agentes del Comando le dispararon al ladrón, que ya estaba "herido y en el piso" cuando los hombres de la PAT bajan del colectivo y le "disparan indiscriminadamente" a Herrera. En cambio las defensas hablaron de un único enfrentamiento, en "menos de un minuto" y en el que "lamentablemente la víctima quedó atrapada en el fuego cruzado".