Después de años de consagrarse a los cierres noctunos del diario, el prosecretario de Redacción Armando Cicerchia recibió un merecido homenaje. El lugar, el megacomplejo City Center, en las antípodas de su cotidiana tarea, que requería certezas y no tanto azar. Y por eso, tal vez, la elección de ese fantástico lugar que todavía no deja de asombrar por su magnificencia. En el inmejorable restaurante Le Gula se sirvió una elegante y aromática cena de la que participaron sus colegas más cercanos y en la que no faltaron discursos plenos de sofismas, cátedras sobre vinos al sommelier y ricos anecdotarios. Como colofón, una recorrida por el lugar y apuestas a los números preferidos que esa noche brillaron sólo para algunos de los periodistas presentes. Una gran velada que se extendió hacia la madrugada. Más no se puede contar.