El segundo de los cuatro tramos de renovación de calle Sarmiento comenzará, si el tiempo lo permite, el lunes próximo. Será la continuidad de las obras ya casi terminadas en el trayecto entre San Lorenzo y Santa Fe, que ahora se extenderán durante los próximos dos meses hasta peatonal Córdoba. Luego continuará el resto: primero hasta Rioja y más tarde hasta San Luis, con un plazo final que se estima llegará a julio.
Para charlar con los frentistas, tanto vecinos como comerciantes, ayer se realizó una reunión en el distrito Centro. Allí se alzaron algunas voces críticas, no tanto hacia el plan de revitalización del casco histórico en sí, donde se enmarcan los trabajos sobre Sarmiento, sino por el temor a seguir perdiendo ventas. Por eso varios de los dueños de locales pidieron que se contemple la posibilidad de otorgarles un subsidio mientras esté cerrada la calle, por ejemplo para afrontar los alquileres. "En noviembre mi negocio (de San Lorenzo y Sarmiento) vendió menos de la mitad del promedio", graficó la dueña de Lader, Celina Berazategui.
El encuentro fue organizado para detallar a los frentistas cómo continuará el plan de puesta en valor de Sarmiento, una de las calles emblemáticas del área histórica de Rosario, con intervenciones en el espacio público que buscan realzar el patrimonio arquitectónico y cultural y mejorar la movilidad.
El primer tramo por esa arteria, los cien metros comprendidos entre Santa Fe y San Lorenzo, empezó el 17 de octubre y se interrumpió pocos días antes de Navidad para no perjudicar tanto la actividad comercial, que buscaba un respiro tras un año de sostenida caída en las ventas.
El compromiso asumido por el municipio con los comerciantes era frenar los trabajos y retomarlos después de Reyes. Por eso la obra se reiniciará el lunes próximo, siempre que el clima lo permita (en rigor, ya hay pronóstico de lluvias).
40 días por cuadra
Con las reservas del caso por la actual inestabilidad climática, la secretaria de Obras Públicas, Susana Nader, estimó ayer que renovar cada cuadra podrá llevar unos 40 días. Sin embargo, en la reunión que se hizo en el minimunicipio Centro, el director de Arquitectura, Gerardo Barro, fue más cauto y calculó un plazo de dos meses.
Así, como faltan tres tramos y la primera está prevista entre el 9 de enero y el 9 de marzo, la finalización de los trabajos llevará a julio. Siempre que no haya grandes atrasos.
Ese es uno de los puntos que más preocupación trae a los comerciantes. El otro, la elección de la época del año para encarar la obra, ya no tenía remedio por extemporáneo. Aun así, se escucharon varias catarsis por cómo impactan los trabajos y el consecuente cierre de calles en las ventas de todo el centro.
"La pregunta es cómo vamos a aguantar estos cuatro meses, porque en total son casi seis con la calle cortada", se lamentó Daniel Barbieri, dueño de una cochera en Sarmiento al 700, quien no cesó de señalar el perjuicio económico que eso representa.
Otro comerciante, inquilino sobre la misma calle, pero cerca de Rioja, fue un poco más radical en la crítica. "Yo admito que es un planteo tardío, pero lo tengo que decir: ¿era necesario encarar esta obra faraónica que cuesta tanto dinero con todas las cosas que hacen falta en la ciudad?", preguntó Emilio Ciseri, dueño de la zapatería Maitén.
Distintos funcionarios municipales intentaron dar respuesta a los planteos y la propia directora del distrito, Alicia Pino, en algunos casos prometió conectar con áreas específicas, como la Secretaría de Producción municipal.
El subsecretario de Planeamiento, Javier Fedele, encargado de describir el aspecto menos ríspido, como es el plan de revitalización del casco histórico en sí, aseguró que aunque sea difícil transitar por las obras, el resultado será muy beneficioso.
"El plan alienta la mixtura de usos, apunta a generar lugares de permanencia y nuevas calidades del espacio urbano, y a mejorar los estándares del área histórica", detalló.
Barro, por su parte, explicó a comerciantes y vecinos cómo seguirá el desarrollo de la obra, tramo por tramo. Las quejas lo fueron interrumpiendo, pero el arquitecto aseguró que se dará la mayor "continuidad" posible a los trabajos, de modo de no sobrepasar los plazos.
Niño llorón
"La verdad es que el tiempo nos jugó un poco en contra", admitió Nader. Y es cierto, pese a la inicial previsión de fenómeno de Niña (cálido y seco en la región), las lluvias parecen más propias de un "Niño llorón", ironizó.
De todos modos, también hubo comerciantes y entidades que elogiaron. "Nosotros venimos a apoyar estas obras", sostuvo el titular de la Asociación Casco Histórico, Fabio Acosta.
Pino le dio la razón: no sólo recordó que, a diferencia de otras intervenciones urbanas que corren a cuenta de los frentistas, este es un plan "pagado por todo Rosario", sino que también aseguró que se trata de una obra "con gran aceptación".
Los funcionarios municipales recordaron que la situación es similar a cuando se encara una obra en la casa propia: sí o sí hay que bancar el polvo primero, para disfrutar después de los arreglos realizados.