Un "inusual terópodo nuevo con manos de dos dedos, procedente del Cretácico Superior de Patagonia", hallado en rocas de 90 millones de años de antigüedad de Río Negro y nombrado "Gualicho", fue presentado ayer por el paleontólogo Sebastián Apesteguía a través de una réplica que es exhibida en el Centro Cultural de la Ciencia, en Palermo.
"Gualicho", nombrado así por la diosa tehuelche del viento Watsiltsüm, representada por un remolino de tierra, fue presentado en coincidencia con la publicación del artículo científico en la revista especializada Plos One, cuyo autor principal es Apesteguía.
El ejemplar está relacionado con el grupo megarraptor, carnívoros, "que tienen manos enormes, con la tendencia de la reducción de los brazos que ocurrió muchas veces y por la que se estudia qué genes estuvieron involucrados en la evolución de las aves, que son los dinosaurios vivientes", afirmó el paleontólogo.
"Que encontráramos un linaje completamente diferente nos dejó helados", compartió Apesteguía, investigador del Conicet.
Cuando habitó el actual territorio de Neuquén hace 90 millones de años, el dinosaurio convivió con los mayores de todos los dinosaurios herbívoros del mundo. El hallazgo y posterior estudio fueron realizados junto a la Secretaría de Cultura de Río Negro e investigadores del estadounidense Dinosaur Institute de Los Angeles County Museum y a la sección Ciencias de la Tierra del Field Museum of Natural History, de Chicago.
El ejemplar, de tamaño mediano, fue encontrado parcialmente articulado en las rocas de la Formación Huincul, en sedimentos terrestres del Cretácico Superior de la Cuenca Neuquina, norte patagónico, que aportaron una rica fauna de dinosaurios y diversidad de vertebrados al tesoro paleontológico nacional.
El espécimen hallado consiste en un esqueleto parcial de un terópodo de unos seis metros de longitud que comprende vértebras de la espalda, parte de la cola, el omóplato (escápula y coracoides) y el brazo izquierdo completo, partes de la pelvis y de las piernas.
Posee una mano con el tercer dígito reducido a una férula metacarpiana parecida a los tiranosáuridos.
Todo empezó cuando los paleontólogos hallaron, en el año 2000, huesos de dinosaurios y troncos petrificados en un campo situado al borde del embalse Ezequiel Ramos Mexía, frente a la localidad neuquina de Villa El Chocón.
En 2007, una expedición conjunta con el fin de buscar y colectar los restos halló dos esqueletos de dinosaurios herbívoros y excrementos fosilizados. Poco después la jefa de técnicos del Field Museum, la japonesa Akiko Shinya, halló el esqueleto casi completo de un dinosaurio carnívoro. El fósil original está en el museo de Río Negro.