Un megaoperativo desplegado ayer de forma coordinada entre la Municipalidad, el Ministerio Público de la Acusación (MPA) y la Unidad Regional II de la Policía de Santa Fe, en la zona norte de la ciudad, logró desbaratar una picada clandestina de autos y motos y terminó con la remisión de 106 vehículos al corralón.
El operativo se desarrolló en Costa Alta, entre la 1 y las 4 de la mañana. Fue encabezado por la fiscal Verónica Caíni, y participaron distintas reparticiones municipales y policiales. Según se destacó, se trató de "un operativo cerrojo estratégicamente planificado y celosamente cuidado".
Esa minuciosa preparación colaboró en que no hubiera lesionados ni situaciones de violencia. En total se controlaron unos 600 vehículos y también se comprobaron las identidades de los conductores y acompañantes, en relación a pedidos de capturas vigentes, requisando también la posible tenencia de armas.
Además, se practicaron test de alcoholemia a todos los conductores involucrados, aunque sólo siete de ellos dieron positivo.
Se secuestraron 106 vehículos por irregularidades en la documentación y elementos de seguridad reglamentarios para la circulación.
Uno de ellos fue una moto con pedido de captura que fue abandonada, junto a otras, al momento de la aparición del personal municipal y policial en el lugar.
"Se actuó preventivamente y de manera coordinada entre la Municipalidad, el Ministerio Público de la Acusación y la Policía, sobre este universo que organiza corridas ilegales. Se logró interrumpir y desvirtuar preventivamente las intenciones manifiestas de las personas que pretendían llevar llevar a cabo picadas en la Costanera", explicó el secretario de Control y Convivencia Ciudadana, Gustavo Zignago.
"Con esta acción pudimos preservar el uso adecuado del espacio público y promover condiciones de seguridad para los vecinos, los automovilistas que circulan normalmente por las arterias del lugar y también de aquellos que irresponsablemente deciden ser protagonistas de esta conducta riesgosa", agregó.
Según se destacó, esta intervención se enmarca en la decisión del Ejecutivo municipal de fortalecer y redoblar esfuerzos para mejorar los estándares de seguridad urbana.
El 24 de agosto pasado, la intendenta Mónica Fein dispuso una multiplicidad de medidas en ese orden, entre ellas, el refuerzo de los controles vehiculares, sobre todo en las motos con más de un pasajero.
Desde ese día se llevan remitidas al corralón alrededor de 600 motos y casi 300 autos, y se produjo una docena de detenciones en el marco de los operativos de seguridad vehicular. Los operativos se intensificaron tras las masivas marchas populares exigiendo seguridad.