La organización Generación Francisco y los curas villeros denunciaron ayer la existencia de una campaña "brutal" contra el Papa Francisco en la Argentina y convocaron para hoy, en coincidencia con el Día del Pontífice, a una misa en la que expresarán su "mayor repudio a las acciones en contra" de Jorge Bergoglio.
En el mismo sentido, el obispo de San Isidro y presidente de Cáritas, monseñor Oscar Ojea, afirmó ayer que "desde distintos medios se busca oscurecer su mensaje evangélico y profético", con "opiniones sesgadas, suposiciones e informaciones no debidamente chequeadas", y rechazó el "manoseo" que se hace de su persona, con "tantísimas críticas en los medios y en las redes sociales con total falta de respeto".
Con motivo de celebrarse la solemnidad de San Pedro y San Pablo, conocida popularmente como el Día del Papa, la organización Generación Francisco y los sacerdotes de la Pastoral de Villas de Emergencia de la arquidiócesis porteña convocaron a una misa hoy a las 18 en la capilla Nuestra Señora de Luján, ubicada en Herminio Masantonio 2990, en la villa 21 de Barracas.
Los organizadores destacaron que ese templo es "uno de los lugares emblemáticos" donde Bergoglio, siendo arzobispo de Buenos Aires, "colocó su Cátedra y sus gestos, al lavarle los pies a jóvenes en recuperación de las adicciones del Hogar de Cristo de Barracas".
Plegaria. "Elevaremos nuestras oraciones y nuestros deseos para unirlos a las intenciones del Papa Francisco, muy especialmente en estos difíciles momentos del mundo donde las guerras, el hambre y el ataque al medio ambiente ponen en peligro la vida sobre el planeta", fundamentaron en la convocatoria.
"Frente a esto, el Papa Francisco levanta su voz en un esfuerzo para preservar la vida de los más débiles y cuidar a la madre tierra, poniendo límites a tanta locura. Mientras ello sucede, y no casualmente, se ha desatado —en especial en nuestro país— una brutal campaña en su contra con ataques de todo tipo", advirtieron los religiosos.
En la celebración, que será concelebrada por los padres José María "Pepe" Di Paola, Lorenzo De Vedia y Carlos Olivero, los participantes ratificarán su adhesión "a las intenciones del Papa" y expresarán su "mayor repudio a las acciones en su contra".
Di Paola, el sacerdote al que Bergoglio protegió luego de que fuera amenazado de muerte por grupos narcos, denunció también que hay "en algunos medios poderosos de comunicación, una especie de campaña contra el Papa Francisco".
En el mismo sentido, monseñor Ojea difundió una carta en la que sostuvo que "las interpretaciones políticas de los actos del Papa nos llevan a perdernos en un laberinto que diluye su sentido" y sostuvo que "decir que Francisco empodera a los violentos es no entender en absoluto el fondo de su mensaje". "Una cosa es que su iluminación de la vida social desde el Evangelio pueda tener una repercusión política y otra muy distinta es que su accionar se interprete a partir de un código político", indicó el obispo de San Isidro, quien pidió "una reflexión madura sobre lo que implica la misericordia que pueda ayudarlos a sintonizar el lenguaje de los gestos" del Papa.
El Papa emérito Benedicto XVI y su sucesor, el Papa Francisco, celebraron ayer en el Vaticano el 65 aniversario de la ordenación del pontífice alemán, en una ceremonia singular que contó con la presencia simultánea de dos Papas vivos, en la Sala Clementina del Palacio Apostólico, cerca de la basílica de San Pedro. Ambos se saludaron afectuosamente y se abrazaron en varias ocasiones. Francisco elogió a su predecesor, quien renunció a su papado en 2013 aduciendo edad avanzada. "Usted, su Santidad, todavía sirve a la Iglesia, no está cansado y está contribuyendo a su crecimiento con fortaleza y sabiduría", dijo el argentino. Benedicto, nacido como Joseph Ratzinger, fue ordenado en 1951 en la catedral de la ciudad bávara de Freising. Fue ordenado al mismo tiempo que su hermano Georg, quien no formó parte de la ceremonia celebrada ayer.
El Papa emérito, que cumple 90 este año, raramente aparece en público.