No es habitual construir una conversación sobre fútbol en una coyuntura donde la polémica como sistema, la búsqueda de réditos individuales y la transferencia de las responsabilidades lleva el debate lejos de lo esencial. Pero vale el intento de ubicar en la lente del análisis algunos aspectos del fútbol cotidiano. Sí, a pesar de este contexto de precariedad generado por un torneo de 30 equipos. Y en un marco donde en el nombre del tan mentado protagonismo se fueron perdiendo preceptos básicos y elementales. Tal vez por la pirotecnia retórica que utilizan cuando refieren a las formas y estrategias diseñadas desde lo discursivo pero muchas veces no reflejadas desde lo fáctico.
En una de las cada vez menos recurrentes charlas de fútbol, varios entrenadores coincidieron en marcar una falencia común en los equipos que juegan el torneo local: se defiende mal. Y uno de ellos utiliza una frase que actúa como disparador. "Estudiantes es el líder porque hasta ahora es el equipo que defiende bien, a diferencia de la mayoría".
Sin hacer eje en los relativos números de las estadísticas, el próximo sábado se enfrentarán Estudiantes y Colón, dos de los equipos que mejor manejan sus propios sistemas defensivos, y se alude a métodos porque los mismos no residen sólo en los nombres que componen la última línea, sino en esa conjunción dada por funcionamiento y rendimientos colectivos.
Una vieja premisa con vigencia latente reza que los equipos son como las viviendas, se construyen de abajo hacia arriba. Cuanto más fuerte sean los cimientos y su encadenado con el resto, más difícil será que colapse la estructura.
Es reincidente ver las dificultades que tienen los equipos a la hora de defender y aunque enseguida se haga foco en los zagueros centrales y los laterales, la tarea va más allá de los habitantes del fondo, porque incluye, además del arquero, a los volantes de contención como así al resto de los integrantes.
Es por eso que el repaso por las diferentes estaciones que constituyen un funcionamiento acorde en el momento de defender es indispensable cuando de analizar ese aspecto se trata.
Orden y organización son pilares fundamentales, más cuando se incursiona en los trabajos específicos en materia defensiva.
El retroceso es primordial. Cuando el control del balón pasa a ser patrimonio del rival, el equipo debe cambiar en el acto la modalidad y la acción primaria es retroceder por detrás de la línea de la pelota para iniciar la cobertura necesaria de los espacios en pos de quitarles capacidad de maniobra a los adversarios y pugnar por recuperarla.
Con el orden y la organización precedente, más el retroceso sincronizado, se habrá avanzado para ejercer de manera eficiente la marca, cuya modalidad estará determinada por el cuerpo técnico según las características de los jugadores con los que cuente y la gama de posibilidades tácticas que pergeñe.
Claro que el achique de los espacios por retroceso y la necesaria presión a ejercerse deben estar en una sincronización indispensable para poder tener más chances de impedir el avance rival como así lograr la recuperación del balón en un menor tiempo. Por ello se afirma que el primer defensor es el último delantero, porque es quien debe ejercer la primera marcación y presión en la salida del arco rival. Y cuanto más rápido sea el retroceso más efectiva será la presión ante el adversario.
Por supuesto que el lugar donde se comenzará a ejercer presión y marcaje será potestad del entrenador, ya que algunos optan por hacerlo ya en tres cuartos de cancha, mientras otros eligen aplicarlo con mayor rigurosidad desde el mediocampo hacia atrás. No obstante es indispensable considerar el estado físico colectivo para que la aplicación progresiva sea efectiva.
Y aunque parezca una verdad de Perogrullo, el aspecto físico es determinante no sólo para aplicar el sistema colectivo de marcación, también lo es para los relevos, la cobertura y los anticipos.
Las coberturas, sean verticales u horizontales, y los relevos permiten mantener reducidos los espacios del rival al tiempo que se procura inhibir su libertad de maniobra.
En estas acciones mucho tienen que ver los trabajos de preparación táctica, no así con los anticipos, para los que priman las cualidades técnicas como también la intuición del futbolista para robar la pelota, ya que prevé el pase, el recorrido del balón y la factible acción del receptor.
Es común en el fútbol contemporáneo que algunos técnicos utilicen a la definición de equipo protagonista como sinónimo de equipo ofensivo, a sabiendas de que el protagonismo es la consecuencia de la articulación de las virtudes técnicas y tácticas. Entre lo que se destaca el equilibrio. Porque para poder vencer es primordial no ser vencido antes. Y para ello es clave saber defenderse.