Había pensado que podía escribir en esta columna algo sobre Richard Stallman pero, por algún
motivo que ya no recuerdo, entré en Wikipedia, empecé a saltar de un artículo a otro y descubrí un
texto muy incompleto y desactualizado. No lo pude evitar: terminé dedicando varias horas a
recopilar fuentes para un material sobre el subte de Río de Janeiro que, supongo, quedó bastante
decente.
Ya hablé muchas veces de Wikipedia, quizás la herramienta más increíble que dio internet junto
con Google Earth. Desde su nacimiento estaba destinada al fracaso. ¿Qué se puede esperar de una
enciclopedia donde cualquier persona puede escribir lo que se le ocurra sin censura previa, con el
control de calidad y la moderación a cargo, también, de los mismos usuarios? Sin embargo, los
cientos de férreos detractores que tuvo desde el arranque probablemente hayan tocado el orgullo de
quienes estaban convencidos que la colaboración es el único camino para cambiar al mundo.
Está claro que Wikipedia no cambiará al mundo, pero sus usuarios consiguieron que este sitio
colaborativo se convierta en la enciclopedia más importante de la historia (ya tiene más de quince
millones de artículos en 271 idiomas), la más popular y, sin dudas, la que se actualiza más
rápidamente. Incluso hay algunos estudios que aseguran que el portal que fundó Jimmy Wales es más
confiable que la enciclopedia Británica, aunque (hay que decirlo) otros concluyen exactamente lo
contrario. Y es una alegría descubrir que el primer resultado de la mayoría de las búsquedas en
Google llevan a Wikipedia.
Durante marzo pasado, solamente la página principal de Wikipedia en inglés recibió más de 155
millones de visitas, un número que omite la gran cantidad de consultas que llegaron desde Google.
La portada del sitio en español recibió ese mismo mes unos 17 millones de visitas, lo que
representaría que en menos de dos años habría recibido tantas consultas como hispanoparlantes hay
en el mundo.
El español Felipe Ortega, del grupo Libresoft, encendió la mecha de la polémica. Según su propia
investigación, solamente el uno por ciento de los usuarios de Wikipedia realiza habitualmente
tareas de mantenimiento y actualización de los artículos. Ortega dijo que Wikipedia en español
tiene apenas 20 mil editores mensuales, muchísimo menos que en los primeros años. Por supuesto,
Wales salió a desmentir una crisis de edición en el portal. Reconoció que el número de editores y
moderadores se estabilizó en el tiempo, pero afirmó que el proyecto goza de muy buena salud.
"Wikipedia lo está haciendo muy bien", dijo Jimbo.
Lo cierto es que Wikipedia necesita del compromiso de sus usuarios para sobrevivir y realmente
sería un retroceso histórico (aunque suene grandilocuente) que la gente dejara de editar la
enciclopedia online.
Siempre me encuentro con alguien que asegura haber encontrado un error en Wikipedia. Ya tengo la
respuesta preparada: "¿Lo corregiste?". Para eso está, para enriquecerla, embellecerla, retocarla,
modernizarla, enmendarla. Lo mejor es que es gratuita, abierta y democrática. Y lo peor es que, al
menos en mi caso, editar Wikipedia puede convertirse en una adicción.
Ya está, no voy a escribir sobre Richard Stallman. Después de todo, solamente iba a decir que el
barbudo gurú del software libre estuvo en Rosario, que es un gordito tan pintoresco como caprichoso
y excéntrico, y que quizás se necesite mucha más gente como él para que el mundo sea un poco
mejor.