Manuel Carrasco golpea la puerta de la canción romántica y sale a la pista para "Bailar con el viento". Así se titula el sexto disco de su carrera que presentará el 4 de noviembre en el teatro Opera porteño, en el primer cara a cara del artista español con el público argentino. En diálogo con Escenario, Carrasco explicó el costado sensible de su propuesta, habló de ese punto de encuentro donde un argentino y un español no se diferencian demasiado y fue categórico en un concepto: "Aunque parece que sería el dinero, creo que el amor todavía mueve el mundo".
—¿Cómo tomás este disco "Bailar el viento"?
—Me lo tomo con una sonrisa, fuera y dentro. Me lo tomo teniendo en cuenta que la vida es un regalo y uno está aquí, y me siento afortunado y agradecido, e intento por ello darle a la vida parte de lo que me da. Y lo hago de la manera que sé, con mi entusiasmo, con mis ganas, mi ilusión, mi manera de escribir, mi manera de cantar. Intentando ser buena gente con la gente y que este regalo , que es la música, que aúna tantos sentimientos y a las personas, que salga de una manera natural y auténtica. En este aspecto estoy pagado con creces, porque siempre recibí mucho de parte del publico y por eso me siento muy afortunado.
—¿Que traje te queda más cómodo, el de compositor o el de intérprete?
—Pues, si te digo la verdad, lo que me siento más cómodo es siendo intérprete de lo que compongo, al final es un poco eso. Porque generalmente todo parte desde la composición, no he sido nunca un artista que me he aprendido canciones o repertorios de otros artistas y las he cantado por ahí, nunca me ocurrió eso. Siempre fue partiendo de la composición y de analizar lo que otros hacían a nivel composición, es la parte que más me llena.
—El viento atraviesa el disco, no sólo en la canción que inspiró el título sino en el tema final "Libre". ¿Qué te inspira del viento?
—El viento, como el mar, es un lenguaje que utilizo en las canciones y que tiene que ver con el sitio en donde me he criado (Isla Cristina, Andalucía), es algo que ya me viene muy natural. Y el viento aparece en este disco con diferentes significados y no deja de ser este bailar el viento un baile ante la vida, ante las cosas que no tienen viento, las cosas que no tienen maldad, al mal tiempo buena cara, un poco lo que hacemos continuamente todo el mundo.
—Sería cambiar el refrán conocido por "a mal viento buena cara".
—O no, o bailémoslo, saquémosle el mejor lado a las cosas.
—Cantarle al amor abre la puerta para cantarle al desamor ¿Es inevitable esa asociación en la música romántica?
—El amor es el tema al cual se le ha escrito más, o sea, el amor y todo lo que engloba al amor. Ahí nos encontramos todos, nos jodemos todos y nos disfrutamos todos (risas). Es algo que no creo que sea sólo de la canción romántica, hasta los grupos de rock and roll y los más duros que te puedas imaginar. Siempre se necesita el amor, el amor mueve el mundo, aunque parece que sería el dinero, pero el amor todavía mueve el mundo. Y eso está ahí, no pasa de largo.
—¿Cómo empatizás con el público argentino?
—Creo que no somos tan diferentes y justamente es en las canciones donde nos encontramos todos. Voy a mostrar lo que yo soy, de la manera más auténtica y honesta, como lo he hecho en España y en otros sitios. A partir de ahí, y ya lo empiezo a notar, puede haber una conexión. La querencia que hay en un pueblo como el argentino, por la cultura, por el arte y por todo ello, creo que ahí nos encontramos y en esa sensibilidad es donde intento que compartamos.
—¿Tenés algún artista argentino que sea tu referente o que admires mucho?
—No tiene nada que ver los gustos de uno para lo que haga uno, me puede gustar Bruce Springsteen pero no soy Bruce Springsteen. De Argentina, por ejemplo, me gustan Fito Páez, Charly García, Andrés Calamaro, por supuesto, La Negra Sosa, hay muchos artistas que me llaman la atención y todos son muy personales.
—Ser muy personal y hacer algo distintivo es el objeto a seguir por todo artista. ¿Cuál es la manera de conseguirlo?
—Creo que tiene que ver con escucharse uno y cuando digo escucharse digo llevar a cabo eso que escuchamos de uno. Y no perderse en lo que haya alrededor, ni por llegar antes, porque eso no es llegar más rápido. Lo principal es dejarse llevar, creo que a partir de ahí tiene que ver con que las cosas salgan auténticamente personales.