La Agencia Espacial Europea (ESA) desestimó la importancia de la aparente pérdida de su sonda en Marte, al declarar ayer que la gran cantidad de datos ya enviados por el módulo le ayudará a preparar una nueva misión al planeta rojo.
La Agencia Espacial Europea (ESA) desestimó la importancia de la aparente pérdida de su sonda en Marte, al declarar ayer que la gran cantidad de datos ya enviados por el módulo le ayudará a preparar una nueva misión al planeta rojo.
El módulo Schiaparelli fue diseñado principalmente como ensayo tecnológico para enviar un robot a Marte en el 2020 que no corra la misma suerte del Beagle 2, la sonda europea que dejó de funcionar tras posarse sobre el vecino planeta en el 2003.
Según las señales recibidas, el Schiaparelli ingresó en la atmósfera marciana tal como estaba planeado el miércoles y usó su paracaídas para descender, pero dejó de emitir ondas poco después.
Anoche cobraba fuerza la presunción de que la nave se había estrellado a gran velocidad sobre el planeta rojo.
Según los datos de la telemetría recibidos en Tierra el paracaídas de la sonda se abrió antes de lo programado y los cohetes que debían desacelerar la caída funcionaron por tres segundos cuando debieron permanecer encendidos por 30 segundos.
La agencia espacial estadounidense Nasa usará uno de sus satélites cercanos para registrar imágenes de la zona en busca de Schiaparelli, aunque admiten que las posibilidades de que detecte algo son bajas.
En todo caso, los 600 megabytes de datos enviados quizás den la respuesta de lo que aconteció. Semejante paquete de información equivale más o menos a 400.000 páginas de datos.
Los científicos no han perdido las esperanzas de que el Schiaparelli dé señales de vida.