No le temblaron las piernas a Central Córdoba para hacerse el guapo en el Sur del Gran Buenos Aires. Aunque enfrente tuvo a un Huracán de Primera, siempre complicadísimo a pesar de las ausencias de renombre y el recambio.
Por Vanesa Valenti
No le temblaron las piernas a Central Córdoba para hacerse el guapo en el Sur del Gran Buenos Aires. Aunque enfrente tuvo a un Huracán de Primera, siempre complicadísimo a pesar de las ausencias de renombre y el recambio.
No le temblaron las piernas a Central Córdoba para ponerse de pie inmediatamente a que le anotaran y lo dominaran. Pero no le alcanzó y cayó ajustadamente por 2 a 1 en los 32vos de Copa Argentina. Tercera caída al hilo en el estreno de este certamen. Igual, se lleva aspectos positivos para Rosario.
El Charrúa fue uno hasta la mitad del primer tiempo, dominado por un equipo que sabe manejar muy bien la pelota. Que casi anota en el amanecer del partido a partir de un tiro de esquina que peinó Mancinelli y dio en el travesaño, que amenazó con un tiro libre de Mauro Bogado en la medialuna de área y que capitalizó el dominio de ese segmento con el gol de Alejandro Romero Gamarra.
Huracán la tomó en el medio, hizo circular la pelota con criterio entre volantes y delanteros y llegó a la apertura del tanteador cuando el 17 se escurrió por la derecha para vencer la resistencia de Leandro Romero.
Pero insólitamente, ahí, el Globo sacó el pie del acelerador, retiró de la mesa las cartas de favorito y dejó que Central Córdoba creciera. Lo hizo otro.
Y el Charrúa fue. Primero se acercó tímidamente probando con algún tiro de larga distancia. Luego Marcelo Zaen se puso serio y asustó a Marcos Díaz y minutos después, tras aprovechar un error de Mauro Bogado, Leandro Figueroa encontró la igualdad que gritó con cuerpo y alma ante el puñado de hinchas que llegaron desde Rosario.
Para entonces, el Charrúa había perdido el respeto, se había animado a jugar, a hacer un partido de ida y vuelta. Sin deferencias notorias.
En el segundo tiempo fue aún mejor la performance de los hombres de Tablada, con la iniciativa desde el arranque, con las líneas tiradas adelante, con las presiones arriba. Quizás no hayan generado situaciones de peligro extremo, pero tampoco pasaron zozobras.
Se plantaron bien en el campo de juego. El "movete Globo movete" que bajó de la general local dio cuenta de la buena labor rosarina.
Pero a los 70' Cristian Godoy le pisó el pie de apoyo a Mariano González, le cometió penal y Bogado lo cambió por gol para darle la ventaja a un Huracán al que no le sobró nada. Ahí se le abrió un poquito más el partido de contra pero sin estridencias.
El Charrúa se volvió a Rosario con las manos vacías, es cierto. Pero con el premio extra de haberle jugado de igual a igual a un equipo de Primera A.
Si es inteligente podrá sacar rédito para reponerse de las magras actuaciones que arrastra en su categoría.
Se fue rápido de la Copa Argentina, una competencia que saborean los grandes y miran con gula porque todos quieren sacar con ella el pasaje directo a la Libertadores. Se fue el Charrúa. A pensar en otra cosa. Pero haciendo una digna labor.
Nuevos
Los dos refuerzos que puso en cancha Oscar Santángelo fueron el arquero Romero y el defensor Godoy. El resto del equipo fue el mismo que terminó jugando el torneo de Primera C.
En octavos de final puede haber clásico
Si Newell's logra eliminar a Deportivo Morón (de la Primera B) y si Central deja en el camino a Atlético de Rafaela chocarán en los octavos de final. Entonces, si uno de los equipos rosarinos logra llegar a 4º de final el adversario podría ser Boca Juniors, que tiene como principal rival para llegar hasta esa fase a Lanús.