Leo García regresa a Rosario para mostrar el que llamó su álbum más "adulto, más clásico". Se trata de "Música del corazón", el disco que contó con la producción, la dirección musical y letras especialmente escritas por Litto Nebbia, a quien calificó como "el prócer del rock nacional". La cita será hoy a la medianoche en McNamara (Tucumán 1016).
—¿Cómo se dio la colaboración?
—Tiene la producción y dirección musical de Litto, el prócer del rock nacional, con muchas canciones de él compuestas especialmente para mí. El disco tiene apenas dos canciones mías, "Flor en el invierno" que le dedico a mi mamá, y "Sorpresa", que es un blues, y la otra una canción que le dediqué a mi mamá; una de Moris y otra es un tango que cantó Gardel, "Paseo de Julio", que lo incluimos porque a Litto le gustó cómo lo cantaba. Y se dio primero como una cuestión de admiración mutua, porque esto lo propuso Litto, brindarme Melopea, su estudio de grabación, su tiempo y disponibilidad absoluta para crear este álbum, sin compañías de por medio. Lógicamente que para mí era una gran oportunidad y quiero agradecer eternamente. Creo que el disco se desarrolló en un año y medio más o menos.
—¿Cómo lo ves con respecto a trabajos anteriores?
—Recordemos que a mi me produjo Cerati también, pero creo que este disco es totalmente diferente a los otros. Creo que es el disco más adulto, por decirlo de algún modo, y más clásico. Creo que es un disco que le hace honor al rock nacional, el clásico rock nacional de los 60.
—Eso se refleja en el estilo y los arreglos...
—Sí, es súper nebbiero y tuve la suerte de rendir homenaje a Litto Nebbia a través de este disco porque hasta canto como él. Creo que eso me tiene muy orgulloso, esa capacidad que puedo tener también. Sería muy boludo de mi parte discutirle a Nebbia. Si tenés un productor como él o como Cerati lo que tenés que hacer como artista es dejarte guiar por el rumbo porque jamás me impondría a un maestro de ese nivel. De hecho en "Cuando una voz sea de todos" canta Litto. Esa fue la canción que dio origen a este álbum y habla justamente de que todos somos una misma voz. Además Litto tocó percusiones, piano, guitarra, hace coros.
—Se ve un clima optimista en todo el disco...
—Totalmente. Esto da pie para contar la anécdota del disco, que fue lo que Litto me dijo cuando lo empezamos a hacer. Me dijo mirá, vamos a hacer un disco que nos guste a nosotros dos; si lo hacemos para que le guste a otro, no va a ser una obra artística y eso me pareció revelador. Yo justo estaba leyendo el libro del dadaísmo de Tristan Tzara que explica qué es el arte, y el arte verdadero no es aquel que está hecho para agradar. Creo que ese optimismo que conlleva el álbum tiene ese poder natural. Y me gusta el título también, "Música del corazón", la temática de lo que se habla. Y esas canciones melancólicas como el caso de "Mariposa" o "Amor pop" están escritas para mí. "Amor pop" habla de un tipo que está enfermo de amor, él tenía esa imagen de mí, y no estaba equivocado. Yo soy un tipo totalmente sensible, solitario. De algún modo el amor también se traduce como enfermedad en mi estilo de vida. Y hay un detalle. Litto había tenido un problema de salud, y a la salida de su internación, que por suerte salió bien, junto con su mujer hicieron la tapa del disco. No me permitió que pusiera un diseñador gráfico. Ese fue un gesto muy grande de parte de los dos. Son cosas que alivian el alma. Por suerte a mí en la vida me pasan estas cosas, aparece Gustavo Cerati, Litto Nebbia, que lo dan todo sin importarles si yo lleno estadios.
—En las letras de "Canción para los inocentes", "La vida temprana" se ve esa idea de libertad, de seguir adelante...
—Creo que es el mejor mensaje que se puede dar a través de una obra, que proponga libertad, que sea una fuente de optimismo. Creo que la única salvación que puede brindar el arte en sí mismo es la liberación.