“Según la programación de las currículas escolares, el tema del barrio es tomado en segundo grado. Son alumnos pequeños y por eso buscamos tener en cuenta la vecindad, con su historia y sus vecinos. También se suele trabajar sobre historias los abuelos de los chicos, aunque algunos de ellos son de 56 años”, dice el arquitecto y museólogo Gustavo Fernetti.
“Utilizar la historia en la educación significa retomar relatos del pasado, los valores de ese entonces, el rol de los espacios públicos y que los chicos vean la tierra y las cosas que quedaron en ella desde el pasado”, dice investigador, quien desde 1999 y junto a Angela Tasca, conservadora de museos, coordina el Museo Itinerante de Refinería.
“Es un museo que pertenece a una organización civil y no tiene estructura física. No usamos sede y hacemos entre cuatro a seis muestras anuales”, explica. En el desarrollo de la actividad, también nombra el trabajo conjunto con el Cultural Cine Lumière, de Vélez Sarsfield 1027, coordinado por la licenciada Silvana Schulze y a Graciela Semorile, coordinadora del Centro Municipal Distrito Noroeste Cultura.
Fernetti también señala que en Argentina, la llamada nueva museología, desde los años 80 impulsó estrategias de vinculación con el público. En ese sentido, sostiene: “Los historiadores barriales, tienen una inquietud y mirada especial por sus barrios y logran sistematizarla y compartirla. Poseen una nostalgia participativa y combativa, defienden a su barrio y se arma la podrida si le tocan algo de su historia”.
“Los cronistas no se conocían, hasta que en una nota publicada por La Capital en 2005, se juntaron y hablaron de sus barrios. Tras aquel encuentro, desde el museo los convocamos en jornadas que se realizan desde 2006.
Objetos del pasado. “Tras un poco de temor, empezaron a hablar de sus barrios, objetos, tranvías, radios, y artefactos de la vida cotidiana”. En las jornadas anuales se trabaja con temas como los juegos, ferrocarriles, el cine, fotos, bares, corsos, entidades y vecinos. “Esos objetos seleccionados permiten reunirse y discutir, no para admirarlo, sino para hablar de ellos, tienen una potencia social”, explica.
“Se busca rescatar el patrimonio histórico de los barrios con la intención de ir forjando la memoria popular, a partir de diferentes relatos. En 2013 también participaron estudiantes secundarios que participaron con los relatos de sus experiencias y de sus abuelos y padres”, sostiene.