“Los futuros directivos de las empresas deben tener un valor que es clave, porque el nivel de conflictividad es muy alto: se requiere fortaleza anímica, ya que hay que enfrentar batallas de larga duración. Se necesitan personas fuertes, que no es sinónimo de agresivas. Es una cuestión de temple para resistir la adversidad”, opinó el profesor Juan Daraio, consultor de empresas en recursos humanos.
Señaló que el talento personal no es un activo de la compañía porque entra y sale con la persona. La generación actual es muy diferente de la de los años 90. Hoy se necesitan jefes “educadores”. “Hay que poder trabajar el presente y canalizar la energía y los talentos de los demás. Creo que el directivo educador es el futuro”, señaló.
Por eso los jóvenes profesionales que comienzan en las empresas necesitan tener buenos feedbacks, saber si lo están haciendo bien o no, y que alguien se los diga.
“En la universidad vemos que no sólo tenemos que enseñar en teoría lo que es el trabajo sino que también debemos mostrar el trabajo en sí y generar un espíritu proactivo para que puedan generar nuevas ideas en las organizaciones” acotó.
Por su parte las empresas se están dando cuenta de que si a los jóvenes no se les presentan desafíos, se van porque se aburren con mucha facilidad.
“Si un joven profesional que ingresa a una empresa durante tres meses escucha siempre lo mismo, si no le dan un proyecto donde participar, ni se le ofrecen desafíos, los chicos no están dispuestos a esperar y cambian de compañía”, reveló Daraio.
Quienes reciben a los jóvenes profesionales tienen el desafío de descubrir los talentos de cada uno, de conversar, no sólo de comunicar, sino de tener habilidades empáticas para escuchar. Tal vez la función gerencial sea no tanto saber todo sino encontrar la manera de que los demás desplieguen su potencialidad.
“En la universidad estamos preparando gente para puestos que todavía no existen. Por ejemplo, hace seis años no existía el Comunity Manager y hoy sí, o la gerencia de la felicidad de la que también se está hablando. Vemos una necesidad humana muy fuerte debajo de estas cuestiones y es el reclamo de un trato más humano, con otros registros temporales”, enfatizó.