Dos semanas restan para el inicio del torneo (en el mejor de los casos, ya que la actividad podría postergarse). Luego de eso llegará la puesta en escena por parte de Central. De un Central con el que Eduardo Coudet tuvo demasiadas complicaciones. Tal vez más de las acostumbradas. Porque hoy son pocos los jugadores que tiene bajo su mando en el predio de Arroyo Seco trabajando en el día a día. Hay caras nuevas que deberán arribar aún como refuerzos. También otros que son parte ya del equipo, pero que llegarán recién cuando la pelota comience a rodar. Existe más de un atajo para entrarle al análisis. Y todos son valederos y entendibles. Pero una verdad incontrastable: el Chacho deberá terminar de darle identidad futbolística con el torneo ya en marcha. Quizá sea una complicación extra a la hora de las aspiraciones. Imposible que sea tomada como excusa.
El de este año es un escenario poco habitual en relación a los arranques de torneo que venía experimentando Coudet desde su arribo a Arroyito. Lo que le toca vivir, dicen que no lo intranquiliza, pero que lo mantiene sumamente consciente de cómo pinta una situación signada por algunos agentes externos a su trabajo, como la convocatoria de dos jugadores al seleccionado olímpico o la tardanza en la llegada de algunos refuerzos, pero con otros que atañen a decisiones propias, como la de trabajar con un plantel mucho más acotado que en las temporadas anteriores.
En ocasiones como estas nada mejor que abonarlas con los ejemplos. Hasta aquí uno de los el refuerzos de mayor jerarquía es Mauricio Martínez, por quien el club luchó demasiado e hizo una apuesta más que importante desde lo económico. Bueno, el mediocampista se movió con sus compañeros canallas en un puñado de ocasiones. Después de esos pocos entrenamientos viajó con el equipo de Julio Olarticoechea. Sin dudas, el refuerzo de mayor jerarquía, si finalmente llega, será Teófilo Gutiérrez. Una inversión millonaria para un futbolista de aquellos. Cuando el delantero colombiano se incorpore el torneo posiblemente ya esté en marcha, por lo que el Chacho deberá encaminarlo futbolísticamente en medio de la competencia. Lo mismo corre para quien llegue como zaguero central, un puesto que Coudet quiere cubrir a como dé lugar. Ese jugador ya tendrá un escaso tiempo de trabajo colectivo. Será otro (salvo que junto a Torsiglieri arranquen Burgos o Menosse) a los que se le deberá ir corrigiendo cosas sobre la marcha. Ni siquiera Lo Celso, supuestamente quien pinta para ser la manija del equipo, puede formar parte de la puesta a punto, aunque el juvenil ya sabe cuál es la idea madre del DT.
Este panorama se presenta en un contexto determinado, con una renovación importante del grupo, en la que Coudet intentará hacer equilibrio entre mantener la identidad para que los nuevos se acoplen o forjar una postura futbolística distinta justamente por la variación en cuanto a nombres. En esto se hace alusión a cuestiones estrictamente tácticas, no estratégicas, ya que si hay algo que Coudet dejó en claro, más allá de que algunas veces el equipo no haya estado a la altura de las circunstancias, es que no está dispuesto a que su equipo resigne el protagonismo.
La renovación del plantel no parece caprichosa. Fue uno de los ítems que el Chacho puso como condición para continuar trabajan do en Arroyito, después de haber amagado con ponerle punto final a su ciclo al frente del equipo. Para esta ocasión el entrenador ya advirtió que pretende trabajar con no más de 23 ó 24 jugadores (por supuesto en este contexto los juveniles quedan mucho más relegados que antes). Entendible desde el lado de que afrontará sólo el torneo local (más la Copa Argentina, que se juega esporádicamente). Condicionante desde el lado que obliga a buscar por ahí más calidad que cantidad (tal vez ese haya sido uno de los elementos propulsores de que hoy cuente con pocos futbolistas). Para la dirigencia misma eso suele ser mucho más complejo.
Hoy hay ya resultados que están a la vista. Coudet, que nunca fue un enamorado de los partidos amistosos, tuvo que apelar a ellos porque no llega a formar dos equipos competitivos para una práctica formal de fútbol, con la seriedad e intensidad que la situación amerita. Es más, algunas molestias típicas de pretemporada hicieron que algunos no pudieran estar al ciento por ciento y debieran ser bajado de algún que otro ensayo, lo que desembocó en alguna que otra improvisación. Nada que sirva como excusa, por ejemplo, en una derrota ante Defensores de Villa Ramallo.
En el inicio de la temporada anterior, por citar algún ejemplo, Coudet había gozado del privilegio de trabajar con todos los jugadores en la previa. Desde estas páginas se hizo referencia a que contaba con la chance de poner dos equipos competitivos en cancha. Más atrás en el tiempo, en su primer torneo, también llegó con varios jugadores con poco rodaje futbolístico, pero por cuestiones que tenían que ver con el acondicionamiento físico de varios de ellos (ver facsímiles).
Esta vez, cuando la pelota comience a rodar, posiblemente varios titulares todavía no estén ni siquiera bajo el mando de Coudet, quien confía que el grupo se armará de acuerdo a lo que imaginó. ¿El equipo en sí? A eso seguramente deberá moldearlo sobre la marcha.
"Creo que Central puede ser mi lugar"
Mientras transita la adaptación al equipo, Washington Camacho se ilusiona. "Creo que este puede ser mi lugar para desplegar el fútbol que puedo dar", advierte el volante ofensivo, quien ponderó las virtudes del grupo, tanto desde lo humano como desde lo deportivo.
"Ganarse un lugar va a ser duro como en Racing, pero allá sentía que no iba a tener la posibilidad de pelearla porque los que jugaban lo hacían muy bien. Sentí que tenía que buscar otro equipo donde pelear y Central me pareció el lugar ideal", señaló Camacho.
El volante ofensivo además consideró que "desde lo grupal me encontré con algo muy lindo porque hay una gran relación con el cuerpo técnico, que no se ve en muchos lugares. Todo eso hace que se genere una competencia sana y buena para el equipo. Desde lo futbolístico tuvimos algunos partidos buenos los amistosos y en otros por ahí nos faltaron cosas, como tener más la pelota y ser más profundos. Pero son las primeras prácticas de fútbol que tuvimos, especialmente para los que recién llegamos, pero con el correr de los días vamos a ir adquiriendo ese nivel de juego que caracterizó a este grupo".
Y sobre los amistosos disputados agregó: "Me sentí bien porque el equipo tiene ya una forma de juego y eso te lleva a acoplarte más rápido. Sin dudas que me faltan cosas porque venía acostumbrado a otra forma de juego, pero la conexión con mis compañeros es buena".
Si no surgen imprevistos, Teo hoy pone la firma
Si no surge ningún imprevisto, Teófilo Gutiérrez será oficializado hoy como nuevo refuerzo de Central. Eso se producirá después de que el delantero colombiano firme los papeles que le fueron enviados a Brasil. Es el único paso que le falta a una negociación a la que nadie desde la dirigencia canalla le intentó sacar un mínimo de ventaja en cuanto a tiempos.
El lunes pasado ya estaba todo resuelto luego de que Central intercediera en la traba económica que había entre Sporting de Lisboa y Teo y se hiciera cargo de una parte de la misma. Ese día no sólo el club lusitano dio el okey, sino que lo mismo hizo Alberto Fochi Moreno, representante del delantero. Pero faltaba una pata fundamental en la historia: que el propio futbolista también entregara su conformismo sobre cómo y cuándo va a cobrar ese dinero. Hoy, después de sorteado el debut (jugó ayer y marcó un gol) en los Juegos Olímpicos, Teo se sentará a revisar los papeles junto a su representante y si todo está en orden firmará el contrato que lo ligará con el canalla por un año a préstamo. Cuando eso suceda inmediatamente desde el club será anunciado como nuevo refuerzo.
En otro orden, la situación de Fernando Tobio no avanzó. En Central aguardan para hoy una respuesta por parte de Palmeiras, club dueño del pase, que también tiene a Boca como uno de los clubes interesados. Por el arquero y los volantes tampoco se avanzó demasiado.
Mientras, desde Central informaron que la ida de Pablo Becker a Asteras Tripolis quedó trunca ya que los clubes no llegaron a un acuerdo en cuanto a la duración del préstamo.