En uno de los programas del señor "Bigote" Acosta, "La vereda de enfrente", apostaban al aire con sus compañeros en la mesa de trabajo sobre cuántos irán presos (refiriéndose a los hechos de corrupción de nuestros ex gobernantes). "Dos o tres", arriesgaron unos; "será un ministro, irán más arriba", arriesgaron otros. El único que acertó es el doctor Zaffaroni, que dijo: "Basta con visitar cualquier cárcel del mundo para darse cuenta que los que están presos son los más vulnerables, y lamentablemente de ahí en adelante, pese a que el delito está en todas las capas sociales, rara vez aparece un personaje VIP en las cárceles, y si aparece nos damos cuenta de que ello se debe a que antes entró en conflicto con otro VIP, perdió y sufrió un retiro de cobertura" (sic). (Fundejus, cuaderno Nº 10, página 38: "El sistema de justicia penal internacional y la Argentina" por Eugenio Raúl Zaffaroni", hoy ex juez de la Corte Suprema de Justicia de la Nación). Mientras veo con tristeza y desazón quién es el ganador de la apuesta advierto que el pueblo es el perdedor. Y leo en correo de los lectores de hace unas semanas que una estudiante de abogacía comparte su dolor con una familia, que no conoce, que perdió a su hijo a manos de un delincuente por un celular, pero que se sumó a la marcha para involucrarse tal como se lo inculcaron sus padres desde niña. Hoy es Federico Zulatto, ayer Nahuel Ciarroca, antes el arquitecto Sandro Procopio, antes el hijo de Bertini ¿Dónde estas, Justicia? No les quiten las ilusiones a la juventud y menos el derecho de vivir a la gente. Zaffaroni, acertaste, ninguno irá preso, son VIP, algunos de ellos tus amigos.