En la segunda década del siglo pasado, el prestigioso filósofo español Ortega y Gasset, visitó la Argentina y nos dejó un reclamo: "¡Argentinos a las cosas!". En esos tiempos él ya percibía nuestra tendencia a debatir sobre temas que no merecen tiempos indefinidos de dedicación, y concretarnos en resolver los verdaderos problemas que nos aquejan. El reclamo sigue insatisfecho. Hace más de 35 años padecimos la tragedia de los desaparecidos, que nos dejó el absolutista gobierno militar y aún hoy no nos ponemos de acuerdo sobre el número de desaparecidos. La desaparición de un sólo ser humano en una acción intencional, es de por sí un aberrante delito. La comisión que investigó lo sucedido, determinó una cifra que no supera los 10 mil seres humanos, pero a ciertas organizaciones defensoras de derechos de unos humanos y no de otros, sólo les sirve y les "interesa" que sean 30 mil. Si actuáramos con racionalidad, la diferencia podría zanjarse rápidamente, publicando el listado de los que integran la cantidad denunciada, con todos los datos que sirvan para una verificación certera de cada uno de ellos. Organizaciones incuestionables deberían realizar la tarea de confirmación o no, dándola a publicidad por todos los medios de comunicación.