Como siempre sostengo, al tema de la violencia hay una sola forma de tratarla: en forma global, sin discriminaciones de género, edad, etnia o religión. No hay nada tan cobarde y que mute con tanta velocidad que la violencia, por eso debe tratarse sin limitaciones, y la única herramienta válida para hacerlo es la educación. Por eso, propongo algo tan simple como evidente: clases de educación física de todos los niveles educativos deben ser mixtas. Compartiendo juegos y entrenamientos, no sólo se aprende a compartir sino que se aprende a cuidar del otro. He comentado esta propuesta con varios profesores de esa materia, que no solamente dijeron estar de acuerdo sino que me alertaron sobre otra ventaja que no había advertido: la inclusión lisa y llana de los alumnos que realizaron una elección sexual diferente a la de sus cuerpos. Se elimina de esta forma una de las más importantes "justificaciones" de bullying. Hago el planteo en este momento para que se analice, para que se afiance en los planes de estudio de 2017 y para que lo tengan en cuenta los legisladores que están desarrollando los proyectos de nueva ley de Educación.