Estuve en el Concejo Municipal de nuestra ciudad el pasado 13 de octubre. Presencié el homenaje a algunas madres rosarinas que vuelcan en acción social sus problemáticas. Son admirables. Me pregunté una y mil veces cómo pueden desde el dolor que les representa haber perdido un hijo, o tener hijos inmersos en diferentes drogas que encarcelan sus vidas, unirse a otras madres y darle combate a tanta barbarie. Solamente con las armas de su fe en un futuro diferente para su cría. ¡Por favor! ¡Gobiernos! ¡Gobernantes! ¡Políticos! No las dejen solas, no dejen a esos jóvenes librados a un futuro fatal. Actúen contra el narcotráfico, protejan a los que han sido atrapados por la droga en la ciudad, en la provincia, en el país. Convoquen al pueblo para tareas mancomunadas o lo que consideren conveniente. Sé que muchos estaremos. ¡Es tan solidario el ser humano! Y no olviden, de todas estas porquerías evitables nadie está exento. Estimo que ustedes al asumir, ni imaginando el peor de los escenarios, pensaron cuan grave sería la realidad. Sé que no debe ser fácil porque "es un monstruo grande y pisa fuerte". Sólo quiero creer, y todos necesitamos creer, que tampoco es imposible.