No puede un presidente realizar "giras mundiales", cuando su país lo marca el abandono de una clase social envejecida cómo son los jubilados y pensionados que perciben haberes que no superan los $ 5.000. Es llevar por el mundo, el descaro de la pobreza de su propio país. La inflación avanza por el poco interés de quien gobierna, sin advertir, en su escasa inteligencia que, $100 de ayer no son los mismos $100 de hoy, que han perdido su real valor. Cumplir una política del "mezquino", no sirve. No se dan cuenta de que si le dan más dinero a los abuelos habrá más circulantes monetarios que beneficiaría al comercio. Mientras, sus privilegiados, ricos empresarios, acostumbrados a la repleta billetera y la buena vida, ahorran y no invierten como es debido, ya sea por temor o desconfianza en la economía que aún está suspendida con alfileres. Por ello, urge que se vuelquen, cómo mínimo recuperable la suma de $ 2.000 a cada jubilado o pensionado que, en definitiva seguirá siendo una suma paupérrima ya que la corrosión ha desvalorizado totalmente estos haberes. Las giras mundiales deben realizarse cuando "la casa está en orden" y se pueda avalar el bienestar de un país. Lo contrario, sería "dar lástima".