Es a un radical, o mejor dicho a un yrigoyenista, a quien le debemos el origen de la práctica de jubilaciones de privilegio, que hoy todos repudiamos, ya que se ha convertido en sinónimo de falta de ética y aún de corrupción. El doctor Elpidio González, tras haber trabajado en política toda su vida y haber ejercido varios cargos públicos, entre ellos vicepresidente en el gobierno de Máximo Marcelo Torcuato Alvear, se retiró de la política y nadie supo más de él. Tiempo después un diputado en funciones lo vio en las recovas del barrio porteño de Once, con una valija, vendiendo betunes, pomadas y cosas afines, por lo que se dijo: "No puede ser que alguien que ha dado tanto por la patria viva en estas condiciones". Presentó en el Congreso de la Nación una ley que permitiera darle al viejo político una vejez decente, y así fue aprobada la primera jubilación de privilegio de la Argentina. Pero lo más sabroso de esta historia fue que cuando le fueron a dar la noticia al viejo caudillo, éste la rechazó diciendo "que mientras tuviera dos manos para trabajar, no necesitaba limosnas". Una anécdota, un domingo de frío invierno, el anciano, pesándole más los años que el maletín de gastado cuero cargado de betún y anilinas para los zapatos con que se ganaba la vida, vistiendo un traje gris, pobre y limpio y la barba larga, pero cuidada, subió a un tranvía. Tras sacar el boleto se sentó al lado de un señor que venía leyendo un libro. "Cantos de vida y esperanza", «un buen libro de Rubén Darío», dijo el anciano al pasajero lector. El anciano contaba algunas monedas que había obtenido de la venta del día y una se le cayó. Entonces el viejo político se agachó a recogerla, jadeó un poco. Y, como justificándose, dijo a su vecino al sentarse nuevamente junto a él: "Si no la uso para limosna, la usaré para comer". En la siguiente parada se alejó hacia la puerta trasera. ¡Oiga, señor González!, le dijo el viajero, sírvase guardar el libro. Sería un honor para mí que lo aceptara. El anciano lo miró agradecido y le dijo, con convicción y humildad: "Un funcionario, aunque ya no lo sea, no acepta regalos, hijo. Y, además, recuerdo bien a Darío, mejor que a los precios de las pomadas", y recitó una estrofa antes de bajar del tranvía. Decían que vivía en un cuarto de la calle Cerrito que se venía abajo. Elpidio Gánzalez, el mismo que había rechazado una pensión que le correspondía; el amigo de Yrigoyen; el vicepresidente de Alvear, el que tampoco aceptó una casa que el gobierno quiso darle para que viviera como merecía. Un hombre olvidado, quizás porque es un espejo en el cual muy pocos, o acaso nadie en la política argentina de hoy, pueda mirarse. Ya que se mandan tanas cosas inútiles por correo, parece que esta historia vale la pena que se haga cadena. Quizás llegue a manos de los políticos y, aunque no los cambie, por lo menos que los haga avergonzar. Y si no, por lo menos que nuestra juventud, tenga espejos en los cuales mirarse. Y si uno quiere leer su biografía verá que Elpidio González había nacido en Rosario, el 1º de agosto de 1875 donde realizó sus estudios primarios y secundarios. En 1894, con 19 años, siguió la carrera de derecho en Córdoba y se inició en la vida política. Allí descubrió al caudillo que seguiría toda su vida: Hipólito Yrigoyen y participó en la revolución de 1905, cuando tenía 30 años, terminando preso. En 1912, después de la sanción de la ley Sáenz Peña, fue elegido diputado nacional. Ese mismo año, lo eligieron en su partido para encabezar la fórmula para gobernador de Córdoba, posibilidad que rechazó pues había sido elegido para el cargo de diputado y no podía defraudar a sus electores. Cuatro años fue elector, nuevamente, diputado nacional por Córdoba. Entre 1916 y 1918, enfermo, fue ministro de Guerra. En 1921 fue elegido presidente de la UCR y renunció y participó en la puja electoral. Y en los comicios presidenciales de 1922, integró el segundo término de la fórmula triunfante, junto al aristocrático de Alvear. Ganaron por 460.000 votos, contra 370.000 de todos sus opositores. En 1928 fue ministro del Interior, en la segunda presidencia de Yrigoyen. Luego, la prisión, hasta los 57 años. Y tras un largo período un día rechazó toda pensión del estado. Y hasta en la hora de su muerte (18 de octubre de 1951) fue austero. En su testamento dijo "pido ser enterrado con toda modestia".
Pleno Echesortu, zona liberada
Le comunico al señor ministro de Seguridad de la provincia, al secretario y a los demás funcionarios que deben ocuparse de la seguridad de los ciudadanos rosarinos, que la zona de barrio Echesortu, delimitada por Cafferata, Avellaneda, Rioja y Zeballos, -por acotar a la que conozco y tránsito- es el mapa elegido por los motochorros para cometer asaltos. No hay horario seguro y los asaltos se perpetran desde dos motos de mediana cilindrada con dos ocupantes en cada una. Lamentablemente se sabe que no es la única zona que los padece sino que es moneda corriente en la ciudad toda. En las últimas semanas se multiplicaron los hechos delictivos en el barrio. No se ve ni a la distancia móviles policiales patrullando, ni policías caminando por las calles. Y la comisaría sexta, ¿qué hace? Ante un ataque, cuando se llama al 911 si llegan son sabidas las preguntas de rigor. ¿En qué moto iban? ¿Qué edad tienen los delincuentes? ¿Cómo están vestidos? Seguro que mientras las víctimas contestan el cuestionario, los delincuentes están reduciendo lo robado o disfrutando de unos matecitos en sus guaridas.
María Cristina Grecco
DNI: 6.730.357
Penas y olvidos en el municipio de Rosario
En una de las esquinas de Pueyrredón y San Luis, precisamente donde se encuentra el Sanatorio de la Mujer, no hay rampa para poder acceder a la vereda, algo que llama poderosamente la atención, ya que dada la naturaleza y destino del predio, se trata de un lugar continuamente frecuentado por gran cantidad de personas durante todo el día y a toda hora. La gran ironía –en realidad se trata de una cruel paradoja– es que el mencionado sanatorio se destaca por su excelente servicio de traumatología, por lo que gran parte del público que accede al mismo, está formado por personas con dificultades diversas para su desplazamiento. Taxis, floristas, bicicletas municipales, cordones de adoquines destruidos, partidos al medio, conforman el plural contorno de un lugar público destinado a la salud que no toma en cuenta precisamente los impedimentos físicos de quienes concurren a él. Y como si fuera poco, en ese cruce de calles (Pueyrredón y San Luis) agobiado por un intenso tránsito cotidiano de autos, tampoco hay un semáforo, por lo que el cruce de calles de los peatones queda librado a la voluntad y regulación intuitiva de los conductores de vehículos. Al municipio: es tan loable el embellecimiento de la céntrica calle Sarmiento y que tantos esfuerzos e inversión significa, como deplorable e inadmisible el abandono, indiferencia y olvido a que se condena otros sectores de la ciudad, directamente relacionados con la salud pública.
Carlos Felipe Italiano
DNI: 11.127.979
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Edificios abandonados y un hotel clandestino
A los señores ediles de Rosario les cuento que la calle San Juan al 1200 está ubicada en la ciudad que ustedes gobiernan. A esa altura hay dos edificios abandonados que pertenecían a dos mercados, y arriba de uno de ellos, funciona al día de hoy un hotel clandestino ahora sin nombre y que se llamaba "Vizcaya". Estos lugares están llenos de ratas, mugre y malos olores. Estos tres edificios afean el centro, el barrio y atentan contra la salud de los vecinos. Ruego que algún edil se ocupe de este tema, los vecinos nos merecemos vivir un poco mejor. Será Justicia.
Juan Carlos Giulletti
DNI: 11.108.638
N. de la R.: El lector refiere a dos edificios de los tantos abandonados que hay en el centro y otras zonas de la ciudad de Rosario. Además de los ediles, los damnificados pueden, recurrir a reparticiones de control, habilitaciones, Higiene Urbana y Saneamiento de la Municipalidad: https://www.rosario.gov.ar/web/reclamos
Un poema para Lionel Messi
Si bien Lionel Messi y Antonella Roccuzzo no esperan regalos de los invitados a su casamiento, igualmente, aunque ellos no me conozcan, quiero hacerles llegar un sencillo presente, dedicado a ambos y a sus niños en este momento tan especial de sus vidas. Se trata de un breve poema de mi autoría, que dice así: "En un mundo conflictivo, lleno de mezquinos intereses, donde todos saben de todo y opinan y juzgan de mil modos, emerges tu, Lionel, pequeño hombre, mostrando la pasión que te desborda: jugar y divertirte, riendo y llorando sanamente, y haciendo reír y llorar con tu juego a quienes bien te quieren. Los amantes del fútbol, ante tus virtudes se rinden, atleta magnífico e indomable, ser simpático y amable, y la atención en lo que haces, hace a los hombres olvidar lo que en el mundo los malos injustamente deshacen. No eres un dios, ni de otro planeta llegaste, ni te la crees; simplemente eres un hombre-niño, un niño-hombre con una historia diferente, un testimonio viviente de lo bueno y sano que es jugar, para la gente".
DNI: 12.161.930
No fue el torneo más largo
Se viene diciendo erróneamente que el último campeonato de fútbol, ganado por Boca, fue el más largo del profesionalismo. No es así, el torneo más largo del profesionalismo fue el Metropolitano de 1977, disputado desde el 20 de febrero al 13 de noviembre, donde participaron 23 equipos que disputaron partido y revancha en dos ruedas, o sea 46 fechas, aunque en realidad cada equipo jugo 44 partidos ya que quedaba en una fecha libre en cada rueda. Este campeonato tuvo tantos participantes por los desaguisados de dirigentes, por algunos años se suspendieron los descensos pero no los ascensos desde la vieja Primera B. El campeón de ese Metropolitano fue River, y hasta qué punto fue largo ese campeonato que el Nacional 1977 comenzó el 20 de noviembre y terminó el 25 de enero del 78 siendo el campeón Independiente que superó a Talleres en dos partidos, el segundo memorable ya que lo empató 2 a 2 con tres hombres menos en Córdoba permitiéndole coronarse campeón.
Miguel A. Decunto
DNI 11.270.762