Espero que el mundo no juzgue a este país tomando como referencia la actuación de la policía bonaerense. Esta mala fuerza del orden supera en efectivos a todos los cuerpos de defensa nacionales. Durante 2016 fueron exonerados 2.600 policías, y diariamente dan de baja a otros dos. ¿Qué seguridad pueden pretender los bonaerenses con esta fuerza netamente copada por la corrupción, con sus altas esferas ostentando patrimonios obscenamente obtenidos? ¿Con millones de personas temerosas de efectuar denuncias, con este plantel que facilita toda clase de ilícitos mientras les dejen un retorno? Irónicamente, las fuerzas que deberían enfrentar a las innumerables bandas delictivas locales e internacionales del Gran Buenos Aires están aliadas entre sí. Este y no otro es el nudo gordiano a deshacer. Desde allá provienen elementos humanos, armamentos, logística, tecnología, padrinazgo político, apoyo judicial. Mientras la cabeza del mal no ruede definitivamente, el cuerpo seguirá actuando en todo lugar propiciatorio. Recordemos que existen paraísos fiscales para los que delinquen con guantes blancos. Agreguemos que hay paraísos para aquellos que viven de la violencia. El territorio bonaerense es un buen ejemplo de ello.