Carlos Manuel Fiordellino Celis, el narco rosarino que desde junio de 2011 figuraba entre uno de los diez hombres más buscados por la Justicia argentina y por el cual se ofrecía una recompensa de 100 mil pesos, fue apresado el jueves en la ciudad bonaerense de Escobar cuando circulaba en un auto de alta gama y tenía en su poder casi un kilo de cocaína, 296 mil pesos en efectivo, armas largas y una pistola con silenciador.
Hijo de un policía santafesino retirado, Fiordellino llegó a ser uno de los delincuentes históricos y más pesados del hampa provincial y acumuló en su haber un sinnúmero de hechos que ocuparon en más de una ocasión la tapa de esta sección periodística. Ayer, fuentes oficiales aseguraron que el hombre, de 42 años, tenía por lo menos siete identidades falsas y más de 40 causas penales, algunas de ellas ya prescriptas.
De acuerdo a la información oficial, en los últimos meses la policía bonaerense seguía las operaciones de Fiordellino en el marco de una red de narcotráfico que operaba en la zona norte del conurbano bonaerense y que, según la pesquisa, se dedicaba a distribuir marihuana en distintas localidades. Así, con varias pruebas reunidas en la investigación y el dato de una posible entrega de drogas, varios móviles lo interceptaron mientras se movía junto a otro hombre en un moderno BMW blanco y escotado por un utilitario Mercedes Benz Sprinter.
La captura de Fiordellino se dio a conocer ayer pero ocurrió el jueves, cuando personal de la Delegación Zárate-Campana de la Superintendencia de Investigaciones de Tráfico de Drogas Ilícitas y Crimen Organizado de la Policía Bonaerense realizó un operativo tendiente a interceptar a una banda de narcotraficantes.
Dato certero. Según dijeron los voceros, los pesquisas contaban con la información de que la banda haría un traslado de drogas a través de la autopista Buenos Aires-Rosario y las señas particulares de los vehículos en los que se movilizarían. Así, los policías antinarcóticos interceptaron el paso del BMW y la Mercedes Benz Sprinter en el kilómetro 34,5 de la ruta mencionada.
Al requisar el vehículo en el que viajaba Fiordellino, los pesquisas encontraron un fusil de asalto M4 calibre 223 con tres cargadores completos, una pistola calibre 380 con silenciador, un ladrillo de marihuana que pesó poco más de 900 gramos y 296 mil pesos en efectivo, presuntamente producto de la actividad criminal que desarrollaba. Tanto el detenido como todo lo incautado quedó a disposición del Juzgado Federal de Zárate-Campana, a cargo de Adrián González Charvay, y el fiscal Federal Pedro Rebollo.
Larga historia. Con sólo colocar en un buscador de Internet el nombre completo de Fiordellino se pueden acceder a una docena de crónicas de La Capital que relatan todos y cada uno de sus tropezones con la ley. En la primera década de este siglo el hombre acumuló al menos 25 antecedentes penales y, según especificó en marzo de 2011 el abogado Jorge Alcaráz, quien lo defendió tras el hallazgo en su casa de la ciudad de Junín de 227 kilos de marihuana, esa era "la única causa por violación a la ley de estupefacientes" con que contaba.
Sin embargo había mucha historia en el pasado de Fiordellino antes de ese hallazgo y su posterior fuga de la alcaidía rosarina, hecho que llevó al Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación a cotizar su captura en 100 mil pesos (ver foto).
Una de las primeras crónicas en la que fue mencionado el hampón data del 8 de enero de 2000. Entonces, en los confines del barrio Las Flores fue asesinado Héctor Alberto Gato Juárez, un laboratorista fotográfico de 45 años que en una vivienda de pasaje Villegas y Kantuta participaba de una partida de cartas por dinero junto a otras cinco personas. Tres maleantes entraron al lugar, dos por el patio y uno por la puerta de calle generando un estado de confusión que culminó cuando se escuchó una detonación de arma de fuego. Mientras los delincuentes fugaban, en el piso y con el rostro ensangrentado quedó Héctor Alberto Juárez con un balazo calibre 9 milímetros que le ingresó por el ojo derecho y le salió por la nuca.
Ese hecho fue atribuído a la entonces conocida "Banda de los uniformados", que tuvo entre sus miembros a Carlos Jesús "Pulga" A. y su hermano Juan José "Gareca" A., dos hampones de mucho peso en la época apresados días después en una casa de Virasoro y Lavalle. También se dijo que de la banda participaba Walter José "Oveja" Lopresti, un reconocido delincuente que el 18 de abril de 2008 fue asesinado a sangre fría en su casa de Roldán a manos de tres sicarios que le robaron 120 mil pesos y lo ejecutaron con un disparo en la nuca. Y otro que fue investigado como parte del grupo fue al ahora detenido Fiordellino.
Secuestro y robo. Un año más tarde, el 3 de agosto de 2001, Fiordellino apareció vinculado al extraño secuestro de un muchacho de 20 años y empleado de una fábrica de refrigeradores de Echesortu que fue secuestrado, golpeado sin piedad y sometido a un simulacro de fusilamiento por parte de dos hombres. Según la investigación, eso ocurrió después de que los dueños de la firma lo acusaran de robar 1.200 pesos. Sin embargo, el joven dijo que el motivo del hecho fue el descubrimiento de drogas dentro de un auto de la firma. Y sostuvo que sus secuestradores habían sido Fiordellino y otro fletero de la fábrica.
Después fue protagonista de un feroz tiroteo con el Comando Radioeléctrico ocurrido el 24 de marzo de 2004, tras un robo que cometió en banda en Granadero Baigorria y que terminó con la vida del cordobés César Ariel Polaco García y el remisero Fabio Lunardelli, ajeno a la maniobra delictiva y engañado por los ladrones que lo usaron de chofer según lo determinó la Justicia. Esa balacera se produjo en el ingreso a Rosario, más precisamente en el cruce de avenida de los Granaderos y avenida de Circunvalación. Allí Fiordellino resultó herido en la cabeza, y una vez recuperado quedó preso.
La mención de Fiordellino entró desde entonces en un largo impasse hasta el 14 de mayo de 2010, cuando fue acusado de disparar a mansalva contra el vigilante Hernán V., de 27 años, quien cumplía funciones en la seccional 16ª y que salvó su vida milagrosamente cuando conducía su auto a la altura de Ocampo al 3800 y fue emboscado por un Chevrolet Corsa en el que iban tres hombres. Para los pesquisas quien disparó fue Fiordellino y el motivo fue pasional.
Por esos días, el hijo del comisario dejó Rosario como lugar de residencia y también su casa de la ciudad bonaerense de San Nicolás, donde se alojaba en forma alternativa, y en junio de 2010 se afincó en Junín, más precisamente en una vivienda de calle Orellanos 412. Todo marchó sobre ruedas hasta que el 5 de marzo de ese año su concubina, una joven de 25 años, lo denunció por malos tratos ya que temía por sus cuatro hijos.
La policía bonaerense allanó entonces la casa para buscar a Fiordellino. El hombre no estaba pero allí se hallaron 227 kilos de marihuana, el secuestro de drogas más importante de ese distrito bonaerense. Entonces se dio intervención al juez federal de Junín, Héctor Pedro Plou, y también trabajó la División Tráfico Ilícito de Junín que le pidió colaboración a la policía santafesina.
Aquí los agentes antinarcóticos empezaron a seguirle los pasos y así llegaron hasta una casa de Mosconi al 1900, en Funes, desde donde empezaron a seguir un Renault Megane con dos hombres que habían cargado varios bultos. Fue el 25 de marzo de 2011 y la persecución, con tiroteos incluídos, se extendió hasta la ruta 9 y Elorza, donde uno de los ocupantes del auto bajó y fue apresado. Era Fiordellino. Junto a él cayó Claudio Antonio El gordo Belinatto, un hombre que había saltado a las páginas policiales en 2002 después de estafar a reconocidos personajes de la Justicia y la política provincial con la venta a precios vil de autos de alta gama y la evasión de sus lugares de detención con ayuda de policías. En el interior del vehículo en el que iban no sólo llevaban un arma de fuego y varios celulares sino también 55 kilos de marihuana.
Fiordellino fue a parar a la vieja alcaidía de Jefatura, en avenida Francia al 5200. En abril lo trasladaron hasta Junín para que declarara en el Juzgado Federal que llevaba adelante la causa que lo tenía acusado de liderar una organización dedicada a ingresar al país grandes cargamentos de droga desde Paraguay y Bolivia y en la cual estaba acusado de transporte, almacenamiento y tenencia de estupefacientes con fines de comercialización. Tras ello volvió al penal rosarino de donde escapó con ayuda de la policía el domingo 5 de junio de 2011 (ver aparte), fecha en la cual se le perdió el rastro hasta el jueves pasado. .