La policía turca detuvo al autor del atentado contra una discoteca en Estambul la noche de fin de año en el que murieron 39 personas, según informaron los medios turcos. El atacante, identificado como Abdulkadir Masharipov y nativo de Uzbekistán, ha sido capturado por la policía en un barrio de la propia Estambul. Las investigaciones previas apuntaban previamente hacia la provincia de Esmirna, dado que se creía que el hombre había logrado huir cruzando el mar.
Los medios turcos han detallado que el arrestado se hallaba junto a su hijo de 4 años cuando fue capturado en una operación en el distrito de Esenyurt, en la periferia de Estambul. Masharipov se encontraba en la casa de otro terrorista, originario de Kirguiztán, que también ha sido detenido, así como tres mujeres de nacionalidad somalí, senegalesa y egipcia. Un dato que contrasta con el origen centroasiático de los dos militantes de la célula terrorista.
Llamó la atención de los especialistas que un terrorista experimentado como Masharipov no intentara suicidarse cuando llegaron los agentes, algo que ha ocurrido con otros terroristas en anteriores operaciones policiales contra el Isis. En una imagen filtrada por la policía turca a los medios se aprecia al terrorista con visibles golpes en la cara y manchas de sangre en la remera. Según informó la CNN turca, Masharipov pasó un control médico antes de ser llevado a la Dirección de Seguridad para ser interrogado.
El hombre visto en la imagen (ver foto en esta página) es claramente el mismo que fue identificado por un video de celular conocido poco después del atentado. Entonces se lo identificó como un uzbeko que había llegado en noviembre desde Siria junto a su esposa y dos hijos. La mujer y los dos niños fueron detenidos pocos días después. La mujer alegó que desconocía por completo la actividad terrorista de su esposo. Ahora, el hombre cayó con otro hijo en su poder. Masharipov usó a su familia de "escudo" para cruzar desde la frontera con Siria, altamente vigilada, sin despertar sospechas. Se estableció en Konya, en el interior de Turquía, con su familia, donde alquiló una vivienda y pocos días antes del atentado viajó en ómnibus a Estambul. Armado con un fusil AK-47 y seis cargadores, entró la noche de fin de año en la discoteca Reina y con una eficacia espeluznante hizo una matanza. Usó hasta la última de las 180 balas de que disponía y luego dejó el local. Tanto para arribar como para huir simplemente tomó un taxi. El hecho dejó mal parada a la seguridad turca en Estambul, que fue burlada por el terrorista con una facilidad asombrosa.
En declaraciones a la CCN turca, Ahmet Kasim Han, experto en seguridad y profesor de la Universidad Kadir Has de Estambul, subrayó la importancia de "capturar vivo" al terrorista para disipar las vigentes "teorías del complot", muy en boga en Turquía sobre la autoría del atentado. Ocurre que medios progubernamentales han apuntado a la CIA estadounidense, por ejemplo. Tener vivo al terrorista permitirá averiguar las conexiones de Estado Islámico dentro de Turquía, señaló el experto. Medios turcos apuntan que, al menos en una ocasión durante los últimos 16 días, Masharipov habría escapado de las operaciones de la policía y en un departamento "seguro" utilizado por él se hallaron 150.000 dólares.
La detención llega el mismo día en que en las redes sociales han aparecido fragmentos de un nuevo video en el que el Isis amenaza a Turquía. En él se ve a un miliciano de la organización islamista paseando por diversos lugares de Estambul, tal como había hecho el autor de la masacre del club Reina en un video grabado en la céntrica plaza de Taksim y que los medios próximos al Isis hicieron público un día después del atentado. El video hizo famosa en todo el mundo entero la cara del terrorista, algo que seguramente no lo ayudó a huir. Ahora, en manos de la policía antiterrorista turca, no debe descartarse que Masharipov hable y dé datos vitales sobre la red del Isis en Turquía. Aquella maniobra de propaganda podría salirle cara finalmente al grupo terrorista islámico.
La agencia de noticias HA informó que el terrorista llegó a Estambul el 15 de diciembre procedente de la ciudad de Konya, en el centro del país, donde vivía con su familia.
Tras el atentado, las autoridades turcas detuvieron a más de treinta personas en todo el país, incluida la familia de Masharipov. El viernes pasado, la policía arrestó a dos extranjeros del grupo étnico uigur, a quienes acusó de integrar una organización terrorista y de complicidad para asesinar a las 39 víctimas de la discoteca. El Isis ha declarado la guerra total a Turquía desde mediados de 2015, cuando puso fin a una tácita tregua que tenía con el gobierno islámico conservador turco. Este le permitía ingresar a Siria sus nuevos reclutas, así como armas, a cambio de que no atacara en Turquía. Además, Turquía es enemiga declarada del presidente sirio Bashar Assad, y el Isis es aún hoy su principal enemigo en la guerra civil de Siria.
Sin tregua en Siria
Las agencias humanitarias de la ONU hicieron un llamamiento a los rebeldes sirios y al régimen de Bashar Assad para que permitan el "acceso inmediato y seguro en todo el país", incluidas zonas sitiadas en las que viven 700.000 personas. Sus agentes siguen sin poder acceder, a pesar de la entrada en vigor el pasado 30 de diciembre del alto el fuego entre Damasco y la oposición armada. La tregua no incluye al Estado Islámico, ni al Frente Fateh al Sham, antigua rama de Al Qaeda en Siria.