Las canciones de José Luis Perales apuestan por la comunicación y los afectos. El artista español presentó en Rosario su nuevo material "Calma" en un domingo de Día de la Madre, y ante un Metropolitano que lució colmado para disfrutar las nuevas canciones y también los clásicos.
"Muy buenas noches Rosario, placer de verdad venir aquí", dijo en el saludo inicial. "Quiero presentarles las canciones del nuevo disco y recordar las otras. Saludo a todas las madres en este día especial", indicó.
En un marco sin espectacularidad, arrancó tocando la banda y Perales entró muy sobrio, sencillamente vestido con jean y camisa azul. La primera de una larga lista fue "Y me marché contigo", incluida en el nuevo disco. La banda compuesta por siete músicos tuvo un correcto desempeño, con un volumen que hace que el cantante no necesite exigir su garganta y que luzca su gran virtud: contar historias de amor sin estridencias.
Su prolija carrera artística, su color de voz y su timbre resultan eficaces para un repertorio romántico y explican su vigencia. Las nuevas respetan el estilo de las clásicas, el público las recibe con afecto y hasta le gritan "¡ídolo!" cuando presenta "En un banco de la calle" y "Al otro lado de las montañas azules".
Las nuevas versiones de sus reconocidos éxitos refrescan las originales. En "Sí", un hit del 76, imprime nostalgia y recibe ovaciones con la misma calidez que él regala desde el escenario.
Parado, caminando un poco el escenario o sentado en una banqueta, se muestra siempre sereno, con la calma que transmiten sus canciones.
En la presentación de "Calma", tema principal del flamante material, se mostró sensible y enérgico. Se quejó porque "veo soledad, individualismo, no veo comunicación entre nosotros" y hasta criticó el uso de celulares: "Nos estamos perdiendo una parte importante de nosotros, puse este título a este disco porque necesitamos justamente calma".
Después de recibir regalos desde la platea, trató de desmitificar la vida del artista. "Se piensa que es todo placer, es verdad que viajamos, pero se está mucho tiempo lejos de la familia y hay soledad", confesó ilustrando la idea con "A más de mil kilómetros de ti", con la que conmovió al público.
En lo musical, utilizó todos los recursos que le ofrecía la banda, ya que las congas aportaron aire caribeño y los riffs del guitarrista actualizaron su sonido.
"Estoy pensando seriamente en llevarlos conmigo de coro a la gira", comentó sonriente y agradecido cuando el público cantó junto a él clásicos como "El amor" y "Y tú te vas".
"Celos de mi guitarra", fue la primera que cantó en un disco, en 1973, y destacó que "es especial para mí" dado que también fue la primera canción que cruzó el océano y llegó a la Argentina.
Trascartón continuó desnudando su historia con "Melodía perdida", obra escrita en el campo "cuando las musas estaban descansando".
Compartió reflexiones, volvió recurrente al tema de la necesidad de comunicarse, pero valoró los sitios virtuales donde la gente solitaria se encuentra.
"Saqué mensajes de gente que se escribía en el chat de un diario y le puse música". De allí surgió "Gente maravillosa", donde subió el ritmo y la banda volvió a sonar compacta.
"Me dicen muchas cosas, por ejemplo «guapo». Yo les agradezco, pero soy consciente de mis posibilidades?la palabra que me dicen y que más me agrada es: abuelo", relató presentando "Canción para Guillermo", escrita para su nieto, donde el sonido se acercó a las formas del jazz.
"Me debo ir, me está esperando un velero para llevarme por el Paraná", dijo cuando ya las fans más atrevidas copaban el frente del escenario. "Te quiero" y "Un velero llamado Libertad" fueron las últimas, cerrando dos horas de un show que conformó a todos, renovando el vínculo con un público al que sigue emocionando con sus canciones.