CAF: la escuelita de Lucha
Un centenar de nenas, de entre 4 y 10 años, dan sus primeros pasos en esta escuela con 35 años de experiencia, la más joven de Fisherton.
19 de julio 2016 · 00:00hs
La escuelita de hóckey del Club Atlético Fisherton (CAF), con 35 años de existencia, no sólo es la más joven de ese barrio (tras Jockey, Caranchos y Old Resian), sino que cuenta con el orgullo de ser la cantera, lugar desde donde surgió la mejor jugadora de todos los tiempos: Luciana Aymar. Se trata de un club (su sede principal está en Chassaing 1650) que hace los homenajes en vida y por eso le dedicó a Lucha el nombre de la más importante de sus canchas de césped sintético (ubicada en Fisherton R). Pero además es una entidad deportiva que no vive de recuerdos y mira para adelante. Eso se refleja en el empeño de seguir formando jugadoras. La Escuelita del CAF cuenta hoy un centenar de nenas de entre 4 y 10 años. Todo un semillero del palo y la bocha.
Hay tres grupos: décima (de 4, 5 y 6 años), novena (7 y 8 años) y octava (9 y 10 años). Todas practican en espacios reducidos, los miércoles y viernes, de 18 a 19.30, y sábados, desde las 9. Pero no todas hacen lo mismo.
"Trabajamos con jugadoras a las que llamamos monitoras. Con las más chiquitas hacemos eje en la formación básica del movimiento: saltos, trote, juegos con aros, pelotas, bastones, palo y bocha. Con la novena, hacemos eje en la coordinación con el palo y la bocha y con las más grandecitas ya empezamos con hockey. Eso sí, las de décima juegan partidos de cuatro contra cuatro; las que les siguen, de cinco contra cinco y el resto, se ven. Recién a partir del Sub 12 pasan a cancha grande y juegan 11 contra 11", así detalló el trabajo a Ovación, la coordinadora Betina Casenove.
Primeras clases Para la Escuelita del CAF, al principio, lo que prima no son los resultados sino la integración de las nenas al grupo y las ganas de moverse y jugar. "Por eso si los padres quieren que la chiquita pruebe le prestamos un palo, no nos interesa que gasten y menos en la última marca y lo más caro (un palo va aproximadamente de los 700 a los 3 mil pesos): eso sí, les pedimos por seguridad que vengan con protector bucal y canilleras", remarcó Casenove.
Para la coordinadora es muy importante trabajar con los padres desde el comienzo que las nenas jueguen sin presión. "Tienen que aprender a perder sin frustrarse. Lo más importante es que vengan a un lugar donde puedan hacer amigas, se socialicen, aprendan a compartir, a ser solidarias, a escuchar y ser respetuosas con el equipo y los de otros clubes. Todas deben incorporar a la compañera nueva, todas deben jugar con todas", dijo Casenove.
Y como muestra de que, en esta etapa, impera más lo lúdico que lo competitivo, Casenove contó que las nenas llevan a sus casas una mascota de peluche vestida de hóckey. "Casi como en el Jardín de Infantes y les gusta", aseguró.