El país ha tocado fondo en muchísimos aspectos como inseguridad, corrupción sin límites y dignidad para sus habitantes. Respecto a la inseguridad, se traduce diariamente en muertes, asaltos a mano armada, entraderas, entre otros delitos. En este aspecto, el fracaso de las fuerzas de seguridad ha sido total porque no ha dado respuestas a los reclamos de la sociedad que se siente que puede ser víctima en cualquier momento y que el fruto del esfuerzo de toda su vida puede deshacerse en mil pedazos en un instante. Con respecto a la corrupción, el gobierno anterior casi se roba el país entero. Hemos perdido la capacidad de asombro ante hechos tan degradantes e impúdicos para el ciudadano común. La Justicia debe ponerse los pantalones largos y actuar conforme a derecho, demostrar que es independiente y que los procesos serán rápidos. Que los que resulten condenados tengan sentencias ejemplarizadoras y que todo el dinero expoliado al país por la asociación ilícita que nos gobernó durante 12 años vuelva a las arcas de la Nación. Con respecto a la dignidad de sus habitantes, debo destacar que todo el movimiento de la Justicia debe culminar en hacerla creíble para el ciudadano común, la credibilidad cuesta años en consolidarse y sólo un instante en perderse. La clase media, siempre golpeada injustamente a través de tantos gobiernos incapaces, está reclamando ejemplos.