El escritor Arturo Jauretche fue el precursor en vaciar de contenido a la palabra "pajuerano", que se instaló en la otrora Capital Federal para aludir en forma peyorativa a aquellas personas que arribaban desde el interior. La consideró, además de injusta, contradictoria en su esencia porque en todo caso la definición debía ser "padentrano", porque quienes venían de las provincias lo hacían desde adentro del país. Y puso en contraposición a los extranjeros, "verdaderos pajueranos", quienes paradójicamente eran considerados superiores por los colonizados culturales de la época. Así el notable periodista pulverizó al término usado como sinónimo de torpe o ignorante en la antinomia porteños-provincianos. Grieta superada para algunos, pero aún vigente para otros. Por esa zoncera determinados sectores del poder central maltrataron en su momento a Marcelo Bielsa y a Gerardo Martino cuando fueron técnicos de la selección nacional. Como ahora quieren domesticar con prematuras críticas a Edgardo Bauza. Tal vez el establishment los considere "pajueranos".