Quienes caminan por el centro de la ciudad con la mirada enfocada no sólo hacia el piso sino con la intención de descubrir alguna reliquia arquitectónica olvidada, advierten con preocupación el mal estado de los balcones de viejas propiedades. Algunos están tan deteriorados por el paso del tiempo y el abandono que dan la sensación de que un viento fuerte terminará por hacerlos caer, con el consiguiente peligro para los peatones. ¿La dependencia municipal a cargo de controlar esta situación hace recorridas periódicas para verificar el estado de viejos inmuebles? Prevenir, antes que curar.
Evo “bailó” al gobernador
Como parte de su visita a la provincia de Salta, el presidente de Bolivia, Evo Morales, aprovechó la ocasión para calzarse los cortos y desafiar al gobernador local, Juan Manuel Urtubey, en un partido de fútbol 5. Tanto el combinado boliviano como el salteño fueron una mezcla entre funcionarios y ex jugadores, aunque Evo demostró un nivel de juego superior al de Urtubey, quien dejó mucho que desear en su faceta futbolística. “Evo juega tres o cuatro veces por semana, con sus guardaespaldas. Juega bien, le da de puntín, como hay que pegarle en papi fútbol”, contó el embajador argentino en Bolivia, Ariel Basteiro, al tiempo que señaló que “para ser custodio de Evo tenés que tener una condición: jugar bien a la pelota”. El resultado fue lapidario: un 8 a 1 contundente a favor de Bolivia, con tres goles y dos asistencias del presidente, quien lució orgulloso la casaca número 10, al igual que el gobernador salteño. Como consecuencia del “baile”, los ánimos de los jugadores salteños se exaltaron y el juego se puso un tanto ríspido.
Siempre en el recuerdo
El novelista Eduardo Sacheri, muy conocido por ser el autor de la novela en que se basó la película “El secreto de sus ojos”, tuvo ayer un cálido gesto con un rosarino que ya es parte de la historia. “Hoy cumpliría 70 años Fontanarrosa. Un buen modo de homenajearlo es leerlo: no sólo sus cuentos de fútbol son excelentes. Los otros también”, escribió en Twitter. En alguna nube, mientras miraba atentamente la final de la Copa Argentina entre su querido Central y Huracán, el Negro habrá sonreído.