Con coplas, ritmos y cantos, historias, leyendas y hasta recetas, un colorido libro rescata voces y relatos latinoamericanos, del pasado milenario y de hoy. Como retumbando y, a pesar de los tiempos, distancias y silencios, el libro “De dónde vienen esas voces”invita a jugar, informarse y reconocer la identidad regional.
Presentado como “historias curiosas de cantares, bailes y ritmos de América latina”, y recomendado “para curiosos de 8 a 108 años y para padres y maestros en aprietos”, Ediciones Iamiqué, del porteño barrio de Mataderos, presentó la obra en enero de este año.
“Con danzas y canciones, podemos transmitir algunos hechos históricos y procesos que han atravesado y atraviesan a América latina. Así, un carnavalito nos permite contar cómo fue el origen del carnaval en América o un candombe puede ser la excusa para hablar de la esclavitud en estos territorios”, explica la antropóloga Lucila Carabelli, coautora del libro junto a Mariana Ruiz Johnson.
Mariana es ilustradora y realizó los coloridos dibujos que se articulan con los textos. “En mi carrera de ilustradora, me interesaron las resoluciones gráfica populares y latinoamericanas, sus pinturas y cerámicas. Ese uso del color del arte popular latinoamericanas lo trabajaba en libros infantiles”.
Compañeras de escuela y amigas desde los 6 años, a los 20 compartieron viajes como mochileras por Perú, Brasil y el norte argentino. Hoy son madres de pequeños chicos y realizaron otros recorridos en forma individual. Pero tras años de planificar e investigar, surgió la obra sobre las raíces de los pueblos del continente, cómo celebran el carnaval, el respeto a la muerte y al diablo, la historia de esclavos y el candombe, el nacimiento del tango, la chacarera, la cueca y la cumbia.
Relato profundo. Entre esas danza y canciones, esas voces originarias retomadas, investigadas y recreadas por las autoras, traen un relato profundo, íntimo e informal sobre la gente y territorios.
“Esas voces también nos muestran cómo han sido y su vigencia. También hablan de las interacciones entre grupos. cómo fueron los encuentros y desencuentros entre pueblos indígenas, europeos, esclavos africanos. Acercan leyendas o tradiciones de celebraciones populares, religiosas y esas distintas formas de ver el mundo”, dice Lucila. Agrega que la obra es “una invitación a descubrir información interesante. A partir de una canción o copla, se va a hablar de algo más, algo que a lo mejor no te esperabas encontrar ahí. Es una forma lúdica de generar intrigas que invitan a conocer”.
“Tratamos de buscar canciones y coplas anónimas que no fueran tan conocidas, pero también hay otras que son muy populares en sus países y cantadas por artistas reconocidos. En la Argentina hay recopiladores que han hecho un gran trabajo para registrar estas expresiones a lo largo del territorio y muchas de ellas son oídas y están en permanente cambio”.
Viaje al origen. “Al viajar, nos llamó la atención la riqueza y diversidad que hay en Latinoamérica, ya sea por su geografía así como por su gente y su forma de pensar, sentir y hacer tan diferentes”. Sobre el objetivo inicial del recorrido, admite: “Queríamos conocer. Y ese conocer implicaba entregarse a las situaciones que surgían. Ir sin un plan tan definido e ir recorriendo a partir de lo que sucedía. Darnos el tiempo para estar, compartir y experimentar”.
“Pero el libro no recrea las experiencias de los viajes, aunque en algunos lugares o fiestas que mencionamos, sí tuvimos la suerte de participar. Creo que en mi caso y también en el de Mariana, las experiencias que más se recuerda fueron aquellas en las que había un intercambio con la gente de ese lugar. También, el recorrer y convivir permite comprender las profundas desigualdades que hay en América latina. Al hablar de diversidad es importante no olvidar de la desigualdad social y económica, como las disputas de poder. Eso también se intenta reflejar en el libro”.
Fuentes y colaboración. Sobre las fuentes utilizadas, indica “en general con fuentes escritas: libros, artículos, tesis, entrevistas, cancioneros. Consultamos a especialistas que investigan temáticas en particular y también audiovisuales”. Y asegura que “el libro fue hecho de una forma colaborativa. Las decisiones sobre qué se contaba y cómo fueron charladas y consensuadas entre nosotras y las editoras”.
La formación de ambas y la amistad articuló el trabajo conjunto. “En mi caso la antropología es mi formación universitaria, aunque no es mi oficio. Pero como toda formación académica, construye aquellos anteojos con los que miramos la realidad” dice Lucila, quien tiene una nena de dos años y espera a otra, mientras Mariana tiene un hijo de cuatro.
“Colaboré — agrega— con documentación para las ilustraciones y Mariana participó en la compilación de canciones y observaciones sobre el texto La idea del libro fue de Mariana y luego de trabajarla juntas, las editoras de Iamiqué, y sumaron importan te información”.
Finalmente, al ser consultada sobre el origen de esas voces que se presentan en el libro, explica: “No podemos hablar de una única identidad latinoamericana o una sola memoria. Los eventos que retratamos en el libro, intentan ser contados como procesos que están en continua transformación. Muchos de esos relatos y sucesos forman parte de las construcciones simbólicas que hacen los sujetos y que implican representaciones y clasificaciones de lo propio y lo ajeno pero siempre entendiendo que están en permanente cambio”.
relato múltiples. También advierte que “los relatos históricos son construcciones sociales y siempre se hacen desde una visión del mundo y una postura ideológica. El problema es cuando un relato se posiciona como «oficial», enmascarando intereses políticos, económicos o sociales. Creo que hay muchas formas de percibir la realidad y de construir relatos”.
Señala que “cada vez son más las personas o los grupos hacen escuchar su voz. Pero también hay minorías que están en continua lucha para que sus derechos sean garantizados y siguen sufriendo muchísimos avasallamientos”.
Lucila sostiene que “no pretendemos hablar en nombre de nadie y tocamos temas con una mirada histórica y actual, para que sea interesante para los chicos”. También sostiene que hay “relatos historiográficos que se construyen con una cuestión ideológica y de poder. Pero, últimamente hay más discursos y una construcción de distintos relatos, un retomar la historia desde los propios sujetos que hablan de su historias”.