"Hay mucha cultura teatral en Rosario", asegura Alejandro Fiore. El actor que debutó en "Poliladron" y que se consagró con "Los Simuladores", llega a Rosario para dar un seminario intensivo de actuación el jueves y viernes en La Bohemia (Pte. Roca 1436). Fiore es un artista que nunca se queda quieto: está haciendo la temporada en Mar del Plata con "La última vez", una obra sobre la violencia de género junto a Mónica Salvador y para este año tiene previsto, además de continuar con el dictado de seminarios, el estreno del unitario "Escuela nocturna" y la película "Ocho tiros". En una entrevista exclusiva con Escenario, el actor adelantó que se viene la película de "Los simuladores", que no le molestan las repeticiones del unitario y que en este momento no existen referentes actorales.
—¿Qué querés transmitir en tu seminario de actuación?
—No es un seminario de teatro tradicional, es un espacio donde trato de transmitir lo que experimenté en mi profesión. Doy técnicas para que los actores no le tengan miedo a ciertas cosas. No se trata de ser un alumno crónico donde uno toma clases todo el tiempo, o ser el boxeador que salta la soga constantemente, lo más importante es llegarle al espectador o subir al ring. Hubo muchas cosas que sufrí en mi profesión y me dí cuenta que podría haberlas manejado de otra manera. También trabajamos escenas y pequeños trucos de actuación.
—Tu primera improvisación junto a Lito Cruz fue una escena de un robo. ¿El género policial siempre fue tu preferido?
—Venía de ver mucho cine policial y arranqué haciendo algo que veía como espectador. Me acuerdo que Lito me dijo algo que no me olvidé nunca más: "Hacé algo más cercano a vos para saber de qué estás hablando". Por eso intento transmitir que para llegar al espectador hay que tener en claro de lo que uno está hablando. En mi carrera hice desde policiales hasta clásicos. Pero siempre me tiró más el suspenso, el policial, lo que tiene que ver con lo contemporáneo, con lo que la gente se puede sentir más identificada.
—Arrancaste junto a Fernán Mirás y Leonardo Sbaraglia, en una época donde tenían referentes actorales. ¿Existen referentes hoy en día y cómo ves la televisión actual?
—Todos teníamos como referentes a Miguel Angel Solá, Arturo Maly, Lito Cruz, Federico Luppi, Alicia Bruzzo, Betiana Blum, Soledad Silveyra... pero actualmente faltan referentes. Cuando estudiaba actuación, hacía cursos los días de semana y los viernes, sábado y domingo me iba a ver todas las obras de teatro posibles y además veía dos películas por semana. Los estudiantes actuales no ven mucho cine ni teatro. Ahora todos quieren estar en la televisión. Y antes no se estudiaba para estar en la televisión, había pasos previos a la pantalla chica, como hacer teatro.
—¿El teatro es un paso anterior y fundamental para llegar a la televisión?
—Sí, igual yo no soy prejuicioso. Antes el actor era más observador. Me acuerdo que miraba a Francella y a Darín para ver cómo manejaban la comedia. Hoy se perdió un poco la observación y la investigación. Si de la nada querés estar en la ficción del momento, te vas a dar unos golpes tremendos. Hay que empezar de a poco. Tampoco hay mucha ficción en la tevé. Creo que tiene que ver con momentos.
—"Los Simuladores" marcaron un antes y un después en la ficción argentina. ¿Cómo nació el proyecto?
—¡Y pensar que ya pasaron diez años! Con Federico D'Elia, Martín Seefeld y Diego Peretti teníamos un bar que se llama "Los sospechosos" y queríamos hacer una ficción juntos. La química que generamos fue una pieza fundamental para el programa. La idea original de hacer "Los Simuladores" fue de Damián Szifrón.
—¿Es cierto que no ganaban mucho dinero porque el presupuesto superaba las ganancias?
—Sí, el primer año del programa salimos empatados y el segundo tuvimos un sueldo. Pero eso pasaba porque queríamos que el producto sea bueno e invertíamos ciertas cosas en función de grabar más días y conseguir más cosas. ramos todos más jóvenes, no teníamos hijos y eso se podía hacer, hoy sería más difícil trabajar de esa manera.
—¿Por qué no continuaron con los capítulos? ¿Fue una decisión de producción o de ustedes?
—La idea era hacer sólo trece capítulos, pero como funcionó bien, hicimos trece más. El tema de convivir las 24 horas con las mismas personas generó un poquito de desgaste. Y en el momento, no caímos en el éxito que fue, así que decidimos parar para hacer otras cosas. Pasaron los años, y nos juntamos varias veces para hacerlo, pero no nos cerraban ciertas cosas. También había ciertos miedos relacionados con volver a hacerlo y que no sea lo que fue. Por lo menos cinco personas por día me dicen "que vuelvan Los simuladores".
—¿Hay planes para hacer la película?
—Empezamos a juntarnos seriamente para poner fechas. La idea es poder concretarlo para mediados o fines de 2014. Cada vez que aparece la presión de hacer la película, se diluye. Cuanto menos se hable de esto, más se va a concretar.
—¿Todos quieren hacerlo?
—Sí, los cuatro tenemos ganas, pero con distintas condiciones, sólo tenemos que ponernos de acuerdo. Queremos que el regreso sea porque vamos a hacer algo bueno y vamos a ganar plata.
—Algunos actores como Guillermo Francella muestran su desagrado con respecto a las repeticiones de sus programas, "Casados con hijos" o "Poné a Francella". ¿Cómo vivís la repetición de "Los simuladores"? ¿Les pagan por cada episodio?
—Para mí está bueno que lo vuelvan a pasar, no me molesta en lo más mínimo. Cuando son programas como los que hizo Guillermo (Francella), que son buenísimos, o "Los simuladores", me parece bien. Lo que a uno le da bronca es que se cobra muy poco por las repeticiones. Los programas midieron un montón y uno cobra lo mínimo.
Un formato ganador
“Los simuladores” fue una serie de televisión acerca de un grupo de cuatro socios que mediante simulacros sofisticados resolvían los problemas de gente común. Emitida por Telefé en dos temporadas, entre 2002 y 2003, tuvo una audiencia fiel que la ubicó entre las más exitosas. Fue premiada con el Martín Fierro de Oro en 2002 y fue adaptada por emisoras de Chile, España, México y Rusia.