La señorita Nelly no solamente asistía con sus clases a los niños y niñas de la Colonia Lago di Como, sino también a los de colonias vecinas que llegaban a las clases de la Escuela Nacional Nº 166, ubicada en plena zona rural.
La señorita Nelly no solamente asistía con sus clases a los niños y niñas de la Colonia Lago di Como, sino también a los de colonias vecinas que llegaban a las clases de la Escuela Nacional Nº 166, ubicada en plena zona rural.
"Fue grato cursar los primeros grados de la primaria, por sus afectos, comprometida por el desarrollo de la gente de campo. Sentía pasión por la docencia, trasmitía confianza y motivaciones permanentemente, el ejemplo de sus actitudes la distinguían", expresa Miguel Dedic, uno de sus ex alumnos, sobre la figura de la maestra rosarina y quien se empeñó para que su historia de maestra sea compartida con los lectores.
Cuenta además que fueron cuatro generaciones de pobladores del lugar compartieron su amistad y compañerismo: "Primero, una generación de gringos y criollos que ya eran abuelos, acompañaban la vida de padres y madres jóvenes que la habían recibido con expectativas para confiarle compartir la educación e instrucción de sus hijos. Estos, ya adultos, constituyendo familias, confiaron sus hijos a la misma escuela, donde oscilaban dos o tres docentes según la matrícula, para atender siete grados".
"La Señorita Nelly —advierte— sabe que cada día de su vida cuenta con el respeto de una comunidad a la que pertenece, por lo que fue y sigue siendo como maestra, con sus ejemplos, en la calidad y profesionalidad como educadora".Luego subraya los valores que la maestra les transmitió en la escuela: la formación, las actitudes, el compañerismo, el saber y razonar para actuar.
Otros datos de la época que trae Dedic es que esta maestra se apoyaba para sus clases en los aportes del pedagogo belga Ovide Decroly, cuyos principios básicos de la pedagogía que transmitía estaban en el respeto a los niños y contrariaba la rigidez en la enseñanza propias de la época. También, —añade el ex alumno— su maestra se inspiraba en las enseñanzas de Dolores Dabat, la formidable educadora entrerriana que ejerció por muchos años frente a la Escuela Normal Nº 2 de Rosario.
"Además de ser una gran lectora, analizaba temas, proponía debates, ejercitaba el razonamiento matemático con problemas basados en las necesidades de la vida, en los alimentos, en los gastos cotidianos. El tiempo en la escuela agradaba a los niños, tanto en el aula como en el recreo. Ante un error respondía con una caricia; con ello saber por qué había ocurrido para superarlo desde el diálogo y la reflexión orientada", describe a su maestra Miguel Dedic.